Inclusión digital educativa. Un breve repaso por la historia de Conectar Igualdad

La historia que no fue. El 6 de abril 2010 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó Conectar Igualdad diciendo: [Este programa]“Va a permitir que todos los estudiantes secundarios de la escuela pública desde el 2010 al 2012 puedan contar con su netbook que es un instrumento para superar la brecha digital.”

En diciembre de 2015, al finalizar su mandato se habían distribuido 5 millones quinientas mil netbooks, los dispositivos contaban con programas educativos y softwares que permitían desde programar hasta editar música y videos.

Más allá de lo que significó Conectar Igualdad en millones de jóvenes argentinos, el programa también traspasó las fronteras de la escuela secundaria, fue la primera computadora de muchísimos hogares.

Luego, las y los jóvenes llevaron las compus a la universidad, a esas, que el ex presidente Mauricio Macri, en 2014, antes de asumir como primer mandatario de la Argentina cuestionaba: “¿qué es esto de universidades por todos lados?”¹, esas universidades se llenaron de contenidos creados por los dispositivos entregados por el gobierno nacional entre 2010 y 2015.

Las computadoras fueron planteadas como un dispositivo de inclusión social educativa que incluía no solo a las y los estudiantes sino también al entorno familiar. En las publicidades de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) se hacía hincapié en el uso educativo pero también social de las computadoras.²

“Esto compromete también a la familia. Hay una brecha digital entre nosotros, los mayores, y los chicos, y obedece a esta frontera del conocimiento que era antes con el libro como instrumento; estuvimos formados con esa técnica de aprendizaje y hoy el instrumento es la web y la computadora.”, afirmaba la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en la presentación del Programa.

Tras 12 años del lanzamiento Conectar Igualdad sufrió recortes, desmantelamientos pero también esperanza. Durante el gobierno de la alianza Cambiemos (2016-2019) el programa comenzó a perder protagonismo, ya en 2016 pasó a la órbita de Educar Sociedad del Estado³ y en 2018 fue cerrado y reemplazado por el Plan Aprender Conectados (Decreto 386/2018)⁴, según el cual no era necesario distribuir dispositivos pero era imperioso: “el aprendizaje de la programación y la robótica para comprender cómo se construyen los sistemas digitales y gran parte de la tecnología que consumen a diario logrando que trasciendan el rol de consumidores para pasar a ser productores de la misma.”⁵

En definitiva, en cuatro años se repartieron 800 mil netbooks y la comunidad educativa quedó desprovista de dispositivos para el trabajo cotidiano. Si bien el decreto menciona que tanto estudiantes como docentes poseían celulares, la producción de conocimiento varía diametralmente entre un dispositivo y otro. Los dispositivos con teclado facilitan la escritura, la creación de contenidos y, también la programación.

Al respecto, Silvina Gvirtz, quien, entre septiembre de 2012 y diciembre de 2015, fuera directora General Ejecutiva del Programa Conectar Igualdad en una columna en el diario Página 12 explicaba: “Las netbooks son una ventana no solo al consumo de tecnología, sino también a la producción de información y contenidos.”⁶

Las netbooks entregadas por el gobierno nacional no solo se caracterizaron por ser una herramienta para estudiar sino también para el entretenimiento y la creación artística. A mediados de 2021 se hicieron virales las declaraciones del cantante L-Gante que había grabado su tema con una de las computadoras de Conectar Igualdad y, también, el trapero TRUENO⁷ contó que su primer video fue grabado con uno de estos dispositivos.

Las netbooks entregadas a estudiantes y docentes llegaron a contar con Procesador Atom N2600 Dual Core 1.6 Ghz, 4 GB de memoria RAM, disco rígido de 230GB, webcam, placa de wifi y doble sistema operativo: Windows 8.1 y Huayra 2.0, es decir, eran computadoras con capacidad para la producción, inclusive, audiovisual.

Al discontinuar la entrega de dispositivos y cerrarse el programa muchos jóvenes dejaron de tener la posibilidad de experimentar en su tiempo libre y, sobre todo, de contar con una herramienta fundamental para continuar con sus estudios.

En marzo de 2020 la pandemia del virus SARS-CoV-2 sorprendió al mundo y la enfermedad que había comenzado en una ciudad de la República Popular China se expandió rápidamente de manera global afectando también a nuestro país. Así el 16 de marzo de ese año se suspendieron clases presenciales en toda la Argentina, las restricciones llegaron luego a todas aquellas actividades que implicaban la aglomeración de personas.

Así, las chicas y los chicos del país comenzaron a tener educación a distancia y a pesar de tener celulares, faltaban computadoras, esas que en 2018 decidieron dejar de entregarse a cada estudiantes y en su lugar se habían dotados a las escuelas de aulas digitales móviles, que quedaron allí durante la pandemia.

En 2020 también, se retomó un proyecto de entregar computadora a cada chico y cada chica de la escuela secundaria, para ello, el Ministerio de Educación junto a la Secretaría de Industria comenzaron un relevamiento de las empresas informáticas⁸ con el objetivo de determinar la capacidad productiva con la que contaba dicha industria. Paralelamente, se repararon y comenzaron a entregarse netbooks que habían quedado olvidadas por la gestión anterior en un depósito del Correo Argentino⁹

Esas computadoras que no llegaron a los hogares impactaron en las calidad y continuidad educativa, según un informe presentado por UNICEF en mayo de 2020 “(…) el 18% de los adolescentes del país no cuenta con Internet en su hogar, el 37% no tiene una computadora disponible para hacer trabajos escolares y hay disparidades en el contacto de los hogares con las escuela”¹⁰

En 2021 se licitaron 630 mil nuevas netbook y para 2023 se prevé entregar otro millón de computadoras. Actualmente cuentan con sistema operativo libre propio, HUAYRA, y múltiples contenidos que permiten estudiar, crear, producir y programar sin necesidad de conexión a internet.

Estas computadoras llegan a los hogares para cumplir un primer objetivo y es que todas las chicas y los chicos del país terminen la escuela secundaria, pero también para que puedan crear, producir y jugar.

El objetivo final es que esas alumnas y alumnos, junto a las netbooks de Conectar Igualdad, colmen las aulas de nuestras universidades nacionales.

 

AUTORA: María Eugenia Espindola. Lic. y Prof. en Comunicación Social ( UBA). Maestranda en Políticas Sociales ( UNTREF).