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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

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Una alfabetizadora no puede dejar de emocionarse cuando es convocada a escribir para una revista destinada a la comunidad educativa. Escribir acerca de los cien años del nacimiento de Paulo Freire me interpela y produce alegría, es tiempo de celebración, más aún cuando deseamos escapar del encierro que impuso la Pandemia y todos nuestros valores y nuestras certezas se tambalearon.

Escribió Nano Balbo junto a Augusto Bianco: “Freire tuvo una vida plena en una época hirviente y hermosa, que él contribuyó a embellecer” Palabras preliminares en El grito manso, Freire, P. (2008). Vida plena porque en su infancia construyó realidad desde la lectura que hizo del entorno, allá en Recife, el suelo fue su primera pizarra y las ramitas de los árboles, sus tizas. Hermosa, porque hacía siempre lo que más le gustaba. Reunirse a dar charlas, académicas, aunque no academicistas, a escuchar a la gente en diálogos francos, buscando un tiempo para escribir, acompañado de sus lecturas que lo circundaban siempre. Tiempos hirvientes interpreto como duras épocas de dictadura en América Latina, donde sus libros fueron prohibidos y/o, quemados. Sin embargo, de todo supo extraer belleza, apostando a la ética y a la estética que hacen posible las transformaciones.

En 1975, cursé el primer año del Profesorado en Enseñanza Primaria, en el ENSPA de Avellaneda. Fue allí donde hallé el nombre y los títulos de algunos textos de Freire en la bibliografía de un par de asignaturas, si la memoria me es fiel, Organización Escolar es una de ellas, dictada por la profesora Edith Litwin,

De aquellos tiempos, asoma el recuerdo de Miguel, un compañero, brillante en su vinculación con los conceptos, quien acostumbraba a “practicar” explicándonos el meollo de sus lecturas, nos deslumbraba con Freire y su definición de educación bancaria. Miguel explicaba y dibujaba para que nos quedara clara la idea. Después comprendí que utilizaba con nosotr@s las enseñanzas freireanas en cuanto a lo metodológico., no solo exponía, preguntaba e invitaba a preguntar.

Los textos de Paulo Freire me fueron a golpear las puertas del aula donde tuve mi primer cargo titular como maestra de grado, Escuela La Asunción, Lanús. Allí las Hermanas, religiosas comprometidas con la realidad de los barrios, me acercaron dos textos: “Pedagogía del Oprimido” y “Cartas a quien pretende enseñar”, con la propuesta de leer y compartir en los encuentros con el equipo docente. Escenario emblemático el de aquel colegio. Las reuniones con padres y madres de nuestros estudiantes se realizaban en horario vespertino para que pudiesen participar luego de la jornada laboral. Tod@s sabíamos e ignorábamos algo, es así como aprendíamos, en la rueda de mate y palabra.

Luego de los tiempos donde la Escuela Primaria de niñ@s fue mi universo, la Educación de Jóvenes y Adult@s irrumpió para siempre en mi realidad. Gran impacto me produjo conocer adolescentes que necesitaban la herramienta de la alfabetización y llegaban a los Centros en búsqueda de aquellos aprendizajes que el sistema les había negado, sospechando de una “falta de maduración”, acusándolos de sobre edad. Allí, emergió Freire con su propuesta de “educación como posibilitadora de un diálogo amoroso en oposición a la forma violenta en que ciertos sectores imponen silencio al pueblo”.

Poner en juego la palabra del/a otro/a fue el motor de mi praxis. Comenzamos a elaborar textos con lo conversado en clase y sobre ello, reflexionábamos. Y dibujábamos, pintábamos, cantábamos, leíamos y escribíamos. Adult@s trabajador@s, y/o desocupad@s, personas mayores que necesitaban ayudar e intervenir en la actividad escolar de sus niet@s, se sumaron, buscaban aprendizajes y certificación de los mismos. En grupos heterogéneos, alrededor de la mesa, mirándonos a los ojos que las viseras empezaban a descubrir, observé la pertinencia de lo investigado y planteado por l Emilia Ferreiro, psicóloga, escritora y pedagoga argentina, lo que me animó a entramar los textos de las historias de vida de los estudiantes, anécdotas y experiencias, laborales, familiares, de amistad, de amor, todas improntas teñidas de ciudadanía, entusiasmo, dolor a veces, con otros textos de circulación comunitaria o propia de los medios de comunicación. Así, fue dándose el proceso de apropiación de la lectura y la escritura.

Se aprende a leer leyendo y se aprende a escribir escribiendo, nos explica Emilia. Esto sucede porque nuestr@s estudiantes piensan todo el tiempo y elaboran ideas, asocian, analizan, son curios@s, se preguntan, se asombran y lo manifiestan, si el clima de diálogo habilita y el vínculo pedagógico se fortalece, la conversación nutre y sostiene las tramas que atraviesan la cotidianeidad. Así es como nos alejamos de la letra aislada, de la sílaba o de la palabra sin un contexto, para afianzarnos en textos significativos destinados a l@s alfabetizand@s, todos con letra imprenta mayúscula.

Mencioné arriba las historias de vida de vecin@s, estudiantes de nuestros centros y escuelas sede. Cuando ell@s relatan, alfabetizador@s y docentes tomamos registro de esas narraciones y luego se transcriben con letra imprenta, a mano o se digitalizan para devolverlas en clase y así ser leídas y abordadas en un clima de leer y escribir con objetivos claros, teniendo en cuenta el Universo Vocabular y el Universo Temático Vocabular, con las necesidades propias de cada grupo. Como alfabetizador@s y docentes impulsamos el trabajo en dúos pedagógicos ya que se trata de una actividad ardua y compleja como lo es el proceso de lecto-escritura.

Desde 2013 hasta principios de 2018 me desempeñé como Directora de la Escuela 701 de Jóvenes y Adultos en Sarandí. Allí se abrió la puerta de la capacitación invitando a mis compañer@s a abrazar la alfabetización enlazando teoría y práctica desde Paulo Freire y Emilia Ferreiro. Las paredes de los centros se vistieron de cartelería y producciones de cada estudiante, la tarea grupal se tornó protagonista en aulas donde el pupitre de la escuela moderna se sumó a la rueda, al fogón. Los trabajos en papelógrafo daban cuenta de los contenidos abordados y permanecían un tiempo como memoria en las paredes.; además de ser referencia para volver a ellos cuando fuese necesario. Sociedades de fomento, clubes, bibliotecas populares, centros de excombatientes, centros culturales, brindaban sus locales, como ámbitos todos donde florecen la vida y los procesos sociales. Comprobamos que era posible alfabetizar desde otra mirada.

En la actualidad y en forma militante, brindamos talleres de Formación de Alfabtizador@s Populares, destinados a docentes y quienes no lo son, estudiantes, cooperativistas, referentes barriales, responsables de comedores y merenderos. Toda persona que se sensibilice ante esta realidad de vecin@s y familiares que no han pasado por la escuela en su niñez o que tienen incompleta su alfabetización en sentido estricto y/o en sentido amplio.

Hemos conformado un equipo con la profesora Jovita Bernhardt, Licenciada en Ciencias de la Educación y Psicóloga Social. Nuestros talleres visitan Escuelas, Institutos de Formación Docente, Universidades, Unidades Básicas, Sindicatos, espacios de la comunidad. Aprendimos en Pandemia a organizar conversatorios en forma virtual, como el que se gestó desde el CIIE de Avellaneda con nuestra propuesta de celebrar los 100 años del nacimiento de Freire, presentando a modo de Círculos de Cultura, a Educador@s, Profesor@s, Escritor@s, Estudiantes y Egresad@s, dialogando y compartiendo las pantallas en un nuevo formato de entramado, de Educación y Comunicación. También organizamos espacios de acompañamiento para estudiantes de distintos niveles, ahora empezando a vivenciar la presencialidad.

A modo de reseña he pasado por aquí dejando aproximaciones de las actividades vividas en pos de la alfabetización para tod@s y que aún están siendo pensadas y llevadas a cabo. Queda mucho por reflexionar, revisar y sistematizar. En nombre del coraje para seguir adelante y creyendo fehacientemente que, si nosotr@s afirmamos que un estudiante va a alfabetizarse, así ha de ser. Y cuando decimos tod@s es tod@s. En nombre de la esperanza que portamos como testimonio de esfuerzos sencillos y constantes en distintos lugares del mundo. En nombre de nuestra ideología que aporta y sustenta perspectiva política al camino elegido.

Autora: Susana Da Luz

Profesora de Enseñanza Primaria

Maestra Especializada en Educación de Adolescentes y Adult@s

Maestra de Educación Especial

Licenciada y Profesora en Educación (UNQui)

Alfabetizadora Popular

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