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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

Si sufrís violencia de género llamá al 144.

11 de julio de 2023

Tengo mucho trabajo con la casa,

las niñas, la enseñanza y el

laboratorio, no sé cómo voy a

poder arreglármelas con todo”.

Carta enviada por Madame Curie a su hermano, en 1905.

Esta ponencia trata sobre la desigualdad de género asociada a las trayectorias académicas de las estudiantes madres de la UNAJ, tema que elegí para el trabajo integrador final que estoy cursando para obtener mi título en Trabajo Social. Desde el momento en que empecé a cursar la materia se me fueron ocurriendo distintas temáticas a desarrollar, pero cuando la profesora de la tesis me preguntó acerca de lo que quería investigar se me hizo una laguna mental y no supe qué responderle. En el año 2019 decidí empezar con mis estudios superiores y pude observar como a muchas de mis compañeras se les dificultaba el acceso y permanencia o no podían seguir al ritmo habitual ya que tenían responsabilidades en sus hogares, con sus hijos o sus parejas, que ocupaban gran parte de su carga horaria. Esto fue mi inspiración para mi trabajo integrador final y creo que va a ser de gran relevancia para la creación de futuras políticas públicas universitarias. 

A partir de la búsqueda de los antecedentes, uno de los textos principales que guía mi proyecto de investigación es el texto de Daniela Losiggio, Mariela Solana, Luciana Pérez y Nora Otero (2015) “La división sexual del trabajo en un estudio sobre las mujeres universitarias”, en donde docentes y no-docentes de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) realizaron una investigación empírica con el objetivo de visualizar el impacto del ingreso a la universidad en la experiencia cotidiana de estudiantes madres, en cómo les afecta la forma en que organizan su vida familiar y doméstica, y la relación de dicha organización con sus propias concepciones sobre los roles de género. La metodología elegida es cualitativa y se realizaron 19 entrevistas semiestructuradas a estudiantes, ex estudiantes y graduadas que se le haya otorgado la Beca de Madres y Padres.

 La hipótesis inicial es que el tránsito por la universidad modifica profundamente las vidas cotidianas de estas estudiantes, y también su percepción respecto a la desigualdad de género. Por un lado, un dato importante a destacar es que, en el corriente año, la matrícula estudiantil total estaba conformada por un 60% de estudiantes mujeres. Por otra parte, a partir de los datos recolectados mediante las entrevistas, se llegó a las siguientes conclusiones: el ingreso a la universidad marcó a fuego la vida de las estudiantes y aportó para algunas de ellas el desarrollo del pensamiento crítico. A pesar de ello, en la gran mayoría de los casos, ellas siguen siendo las responsables del hogar en la cual el varón es el proveedor, y la mujer cuidadora. Cuando se necesitan tercerizar los cuidados, estos siguen siendo feminizados y, en el menor de los casos en donde las tareas son compartidas, este tipo de organización es expresada con orgullo. Para todas las entrevistadas, al entrar a la universidad, tienen una mayor carga de responsabilidades y éstas reconocen estar viviendo en una sociedad machista, muchas reconocen discriminaciones y desigualdades por motivos de género, especialmente en el ámbito laboral. Muchas personas cercanas a las entrevistadas les han querido imponer los mandatos de género, y éstas han manifestado culpa por tener menos tiempo para las tareas domésticas. Por último, dos entrevistadas se han separado al recibir violencia por motivos de género al ingresar a la UNAJ. Esto refleja el componente machista de los problemas maritales que las estudiantes enfrentan. 

Por otra parte, la desigualdad de género es un fenómeno social, cultural y jurídico en el que se produce una discriminación entre personas por su género, generalmente entre hombres y mujeres. Además, este fenómeno, es una gran problemática social ya que está presente en todos los ámbitos donde transcurre la vida; como el espacio educativo, laboral, social, familiar, etc. En nuestro país, se han logrado diversos avances en la temática de género. Esto es por diversos actores sociales y estatales, así como por el impulso movilización política y social de gran parte de la sociedad que fomentan y fomentaron la ampliación de derechos para una sociedad más igualitaria. No obstante, en la actualidad se presentan diferentes problemáticas que impiden alcanzar la independencia total de las mujeres y diversidades, ya que estas no tienen la libertad total para organizar el uso del tiempo, no pueden acceder a las mismas oportunidades económicas y por esto, tampoco logran sus propios ingresos sin que se vulneren sus derechos. Por lo tanto, la desigualdad de género en Argentina es una problemática social que a su vez se relaciona con un rasgo estructural nacional que es la desigualdad territorial. 

Relacionado a esto, se tienen que considerar estas manifestaciones de desigualdad territorial como; las asimetrías en materia de infraestructura, el acceso a los servicios básicos, las capacidades productivas y oportunidades laborales, entre otras. A su vez, en esta desigualdad se suman las categorías de opresión, colonialidad, étnica y racial. La desigualdad de género está en cada rincón del territorio nacional y es necesario analizarla tomando en cuenta la desigualdad territorial, la división sexual del trabajo, la organización de los cuidados y las relaciones asimétricas de poder entre los géneros que se expresan en cada región.

En el marco de mi participación en los espacios del Voluntariado de género de la UNAJ 2022 y 2023, me encuentro observando la relación entre el rol profesional en los diferentes escenarios de intervención y las políticas públicas de acceso a derechos de mujeres y diversidades. El panorama resulta más que interesante para comprender la teoría anteriormente desarrollada, ya que las intervenciones posibles deben comprender la problemática de la feminización de la pobreza, de las tareas de cuidado y de la inserción en la universidad de las estudiantes.  A pesar de existir numerosos  avances en materia de políticas públicas, siguen instalados en la sociedad los mandatos patriarcales de género que nos interpelan tanto a las mujeres como a las diversidades. Silvia Federici afirma que el trabajo doméstico y de cuidados, es el rol al que han sido confinadas las mujeres. Ha sido impuesto a las mujeres atribuyéndoles virtudes femeninas naturales de nuestra psique, carácter y personalidad, como “cosas de mujeres”. Todas las mujeres estamos caracterizadas por ello y desde los primeros años de vida se nos ha entrenado para esto (juguetes). Tanto el trabajo doméstico como de cuidados, son los principales motores de la sociedad y todos vamos a necesitar de estos a lo largo de nuestra vida.

No obstante, es importante destacar que el trabajo doméstico ha sido y es ganancia para la sociedad capitalista.  Este fue y es desprestigiado, minimizado e invisibilizado. Al ser considerado un “atributo natural”, el capital nos tiene que convencer de esto y que lo hagamos plenamente sin obtener un salario a cambio. El trabajo domestico es naturalizado y sexualizado, siendo el modelo en el cual tenemos que estar para ser aceptadas socialmente. También cuando las mujeres realizamos un trabajo reproductivo este sigue siendo una extensión de nuestro rol de amas de casa, sino ¿por qué las carreras de Trabajo Social y Enfermería están altamente feminizadas? Porque hay construcciones sociales que nos interpelan mediante ciertas características que asocian los cuidados a las mujeres. El trabajo doméstico aún no ha desaparecido, sigue siendo devaluado económicamente y continúa siendo un problema para la mayoría de las mujeres. A su vez, desde el capitalismo se produjo un disciplinamiento al trabajo reproductivo masculino al hacer que “su” mujer dependa de su trabajo y su salario. Quiero aclarar que, Federici si bien está de acuerdo con la teoría de Judith Butler, acerca del sexo como norma y el género como una construcción social y cultural, adhiere a la categoría de “mujeres” porque esta sigue siendo problematizada en la división sexual del trabajo.  La desigual responsabilidad del trabajo doméstico y de cuidados representa para las mujeres una sobrecarga de trabajo y esto repercute de forma negativa en la permanencia y trayectoria de las estudiantes madres de la Universidad Nacional Arturo Jauretche. 

Por último ,la participación como estudiante de esta Universidad y de la Lic. en Trabajo Social permite desde el proceso de formación adquirir aprendizajes interdisciplinarios de forma práctica, para poder seguir interpelando las futuras intervenciones pero también comprender  y poder transformar la realidad social. 

AUTORA: Anahí Payan Melendi.

 

Bibliografía

Butler, Judith,2018. Introducción(pp.17-49). En cuerpos que importan. Sobre los limites materiales y discursivos del sexo. Buenos Aires: Paidós.

Losiggio, Daniela; Otero, Nora; Pérez, Luciana; Solana, Mariela (2018). “La división sexual del trabajo en un estudio sobre mujeres universitarias”, Programa de Estudios de la Cultura; Everba; 2; 95-139. Universidad Nacional Arturo Jauretche.

Federici, S. (2018). Calibán y la bruja: Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Tercera reimpresión: septiembre de 2018). Tinta Limón Ediciones.

Federici, S. (2018). Revolución en punto cero: Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas (Segunda edición). Traficantes de Sueños.

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