Si sufrís violencia de género llamá al 144. Si pensás que tenés Covid-19 llamá al 107 (si estás en Florencio Varela) o al número provincial 148.
“No existe fuerza en el mundo
que pueda parar la voz,
no hay vitamina que alcance
cuando del alma es la tos.
Cuando sabemos lo que tenemos
y transparente todo lo vemos
no existe bota o zapato
que pueda pisarnos hoy,
ni rascacielos que rasquen
cuando pica el corazón”1
Querides otres, querida yo:
Les cuento y me cuento, que inicie el trayecto formativo de Educación Popular pensando en empoderarme junto con otres para seguir mejorando prácticas educativas formales, que incluyan, que sostengan, que abriguen a las niñeces, las juventudes y la adultes, en el entramado más humanizante y poderoso con el que contamos en nuestra comunidad de práctica, que son nuestras escuelas, como lo es la palabra escrita.
Hoy después de este recorrido, breve en el tiempo pero profundo en tanto recorridos de pensamientos, re significo mucho de lo ya leído y mucho de lo transitado como trabajadora de la educación. Estas reversiones de la praxis es una versión mejorada también de mí. Pienso en los espacios de aprendizaje como aquellos que trascienden los muros físicos y simbólicos de las instituciones, pienso en los espacios de enseñanza y aprendizaje comunitarios, como espacios privilegiados para un hacer emancipador.
Por otro lado en momentos tan difíciles, como los actuales, pos pandémicos si se quiere nombrar de alguna manera, la educación popular resulta un motor para lo posible, en momentos de tanta incertidumbre en tiempos de atemporalidad, de flujos comunicativos desiguales, inmediatos y complejos; mirar, pensar y proponer en clave de oportunidad sigue siendo el desafío. Así vivo el desafío de la educación popular o de popularizar la educación: mirando, nombrando y pronunciando el mundo con las pinceladas de época, inciertas por momentos, teñidas de violencias en otros, pero estos espacios otros, intersticios de lo posible nos encuentran resistiendo y soñando.
Me atrae de la idea de pensar en el binomio Educación popular- popularizar la educación, por allí Marcela Kurlat docente e investigadora argentina, nos invita a pensar, en términos de alfabetización, que para mí es el propósito primero y genuino de la educación formal popular, en las 3 hebras, hebras que se entretejen en torno a lo que llama las marcas de escritura genuina, las marcas de escolaridad y las marcas de exclusión.
Las marcas de exclusión son aquellas que nos posicionan en el lugar del no saber, del no poder aprender… las marcas de enseñanza son aquellas a través de las cuales nos sabemos habiendo transitado una escuela, nombrar por ejemplo a determinada letra la de los tres palitos, la de indio, quien no diría que son las estimadas E o I. Las marcas de escritura genuina aquellas ideas que todes tenemos sobre la escritura que casi diría es una herencia social. Todas estas marcas en plural, seguro vos tanto como yo las hemos recorrido.
Pienso entonces a modo anticipatorio porque necesariamente llegar a esas marcas que instalan, dejan huella en quienes la escuela ha fracasado, en quienes nosotres como educadores hemos roto el contrato privilegiado del acto educativo. ¿Porque no transformar esa trenza en la trenza de la emancipación en la que se enlacen tres hebras: la del saber comunitario disponible, el afecto, el intercambio? Y así generar ese espacio propicio para aprender a ser, aprender a pensar y pensarse, interpelar al mundo, a les otres, ser variable de cambio, de transformación, para transformar y transformarse. Rosa María Torres, investigadora dice por allí que: “si hemos de elegir un elemento a cambiar en nuestros sistemas educativos, optemos por el afecto. No cuesta un centavo, no implica trámites ni consultas, no requiere cursos ni postgrados ni expertos. No hay política educativa, reforma curricular, capacitación docente, pedagogía o tecnología que pueda tener repercusiones tan significativas y duraderas sobre las niñeces y juventudes y sobre el futuro de la educación como una profunda reforma en el mundo de los afectos”. Popularizar la educación implica conmover y dejarnos conmover por historias diversas, pensar desde el lugar donde nadie, ningune nos es indiferente. Donar amabilidad, tiempo, espera, hacer enseñanza para que aquello que se construye sea sostén a lo largo de los tiempos, huellas que habiliten mundos, comunidades, vidas más amorosas y libres de ser vividas, contadas y transitadas.
Seguiré teniendo mucho por contar y por pensar, esta educación formal con una mirada popular, eso de popularizar la educación me sigue tocando la mirada y el hacer, así lo pensé cuando re inicie el viaje de ida a una práctica descolonizadora, una práctica de enseñantes que invite a pensar, a la reflexión, a mirar los mundos con otros ojos, con la mirada nueva que implica develar/nos y rebelar/nos contra aquello que cristaliza, que nos sostiene en anclajes no propios, adormecidos/as en sueños de otres. Es el inicio de nuevos recorridos. ¿Queres que te lea? ¿Te sumas a esta aventura? A veces tengo tos en el alma y me pica el corazón, pero siento que estas propuestas colectivas me hacen ver transparente, con ojos nuevos, para que no existan botas o zapatos que nos puedan pisar ni hoy, ni en el porvenir.
Te convidó mi mirar, mi sentir y te invito a mi trinchera, hay lugar y puede ser nuestra.
Para finalizar les dejo como siempre unas palabras de Don Galeano que seguro andara por allí con don Paulo, pensando cómo cambiar el mundo:
Ventana sobre la palabra del libro Mujeres (me permito esta licencia de género)
Magda Lemonnier recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños y las guarda en cajas. En la caja roja guarda las palabras furiosas. En la caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia. A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces las palabras les cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá.
Lo descolonizante aparece cuando La educación popular es conquistadora de lo propio, constructora de lo colectivo, reconocedora de lo diverso, cuando simplemente abre ventanas de palabras, cajas de todos los colores, mágicas algunas, cuando tenemos la oportunidad de mezclarlas, es allí donde todes tenemos un lugar de sentidos.
PD: nunca dejen de aprender.
Autora: Mariela Gulo. Trabajadora de la educación. Educadora Popular
1 Fragmento de la canción: “No existe fuerza en el mundo”. Gustavo Santaolalla.