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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

Si sufrís violencia de género llamá al 144.

Introducción

A los 20 días del mes de marzo del año 2020 el poder ejecutivo nacional emitió el decreto 297/2020, a raíz de una pandemia que azotaba a todos los países del mundo. En dicho decreto, se configura el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio como nueva dinámica social en el espacio público. Los artículos 3, 4 y 6 plantean las bases del nuevo rol que tendrán las fuerzas de seguridad como garantes del aislamiento social.

A partir de ese momento, podemos sostener que la pandemia tuvo a las policías como protagonistas por diferentes motivos. Por un lado, les funcionaries policiales eran les encargades de controlar la circulación en las calles y vigilar el cumplimiento efectivo de las medidas. Tareas que les valieron la etiqueta de “trabajadores esenciales”. Un halo de heroísmo rodeaba a los trabajadores comprendidos en esta categoría, quienes, en algunas ocasiones, recibían aplausos por parte de la ciudadanía a las 9 de la noche (Bover, 2020).

Por otro lado, y en diametral oposición, desde algunos medios de comunicación se denunciaron hechos de violencia, excesos en el uso de la fuerza y la autoridad. El protagonismo de las fuerzas de seguridad también estuvo dado por el señalamiento de actores ajenos al ámbito policial que marcaban el uso del contexto de excepcionalidad para disciplinar y amedrentar a los sectores más vulnerados.

En este marco, la primera pregunta que se nos presenta al abordar el trabajo de las fuerzas de seguridad en pandemia es por la competencia de la policía en el manejo de una emergencia de carácter sanitaria ¿cuáles fueron las condiciones laborales en las cuales se desarrollaron las tareas necesarias para este contexto? Según Monjardet (2010), no podría definirse a la policía por el monopolio del uso de la fuerza, sino por la indeterminación del objeto sobre el que versa el trabajo policial. Las tareas son múltiples, y por ello, la autora entiende que debemos hablar de la “condición policial” o de los “métiers policiales”. Esta multiplicidad de tareas podría pensarse como la razón que subyace a la presencia policial en la gestión de la circulación en pandemia.

Este articulo surge del trabajo realizado en el marco del proyecto PISAC “Las Ciencias Sociales y Humanas en la Crisis Covid-19. La sociedad argentina en la Postpandemia” de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. Con el objetivo de recuperar la perspectiva de los propios actores sobre su trabajo en la gestión de la pandemia, proponemos analizar las representaciones y percepciones de les funcionaries de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (PBA) respecto a su labor en el marco de la pandemia. Para ello, decidimos desarrollar un trabajo cualitativo con observaciones y entrevistas realizadas en diferentes comisarías de la localidad de La Plata.

Desarrollo

La reflexión en torno a las condiciones laborales dentro de la PBA nos lleva a las apreciaciones de Saín (2015), quien señala dos problemas fundamentales de la institución: la organización castrense y el empobrecimiento de la institución. En primer lugar, su organización en el marco de ciertos parámetros castrenses, esto es, una estructura jerarquizada e hiper centralizada. El ejercicio de mando y obediencia se habría convertido en la base de legitimación y de trabajo en la institución. Como consecuencia de ello, se impregna una extendida “cultura de la sumisión” amparada bajo una histórica autoridad burocrática (Hathazy, 2017).

En segundo lugar, el autor se refiere al empobrecimiento estructural de la institución, que sitúa en las décadas previas a su trabajo, pero que aún tiene vigencia. Junto con Rodríguez (2016) destacan el déficit de recursos humanos, operacionales e institucionales; la escasa y desigual remuneración, que conduce a las bases a la necesidad de aumentar las horas de trabajo; la falta de formación en los recursos humanos1; la falta de protocolos unificados y regímenes disciplinarios para las actividades diarias.

Lejos de marcar una ruptura, la pandemia habría profundizado problemáticas de antaño. Les funcionaries entrevistades llevaron adelante sus tareas en el marco de jornadas extensas en espacios precarios, con salarios bajos que hacían necesario realizar trabajos adicionales dentro o fuera de la fuerza, situación que en trabajos previos señalan Calandrón y Galar (2019). Esta problemática irrumpió en la escena pública con las protestas de septiembre del 2021 realizadas en las inmediaciones de la quinta de olivos2. La protesta tenía como fundamento el atraso salarial y las malas condiciones laborales producto de la pandemia. La situación de conflicto culminó con anuncios de aumentos salariales y 400 policías sumariados3.

En nuestro acercamiento etnográfico pudimos ver estas cuestiones plasmadas en las características y usos del espacio laboral. La precariedad edilicia, los espacios reducidos, la falta de aseo y la ventilación deficiente eran algunas de las problemáticas que pudimos observar en nuestro acercamiento a las comisarias. Todo ello, en un contexto donde las problemáticas sanitarias introdujeron en la escena pública la consideración de la higiene vinculada al espacio.

Pero no solo el espacio parecía una dificultad para llevar adelante las tareas policiales, sino también la temporalidad. La carga horaria y la distribución de tareas en ese tiempo a raíz de la falta de personal son algunas de las cuestiones que pudimos percibir. Un oficial de la policía señalaba, que por falta de personal se cambió el régimen de trabajo de 12 por 24 a 24 por 48. “Entonces, yo aguanté, pero ya hay tiempos que no aguantás” (Julián, entrevista personal, 20/6/2021). Con la consecuente reducción de personal por casos de Covid-19 positivo, se intentó desarrollar un sistema de burbujas que eviten los contagios que extendieron las horas de trabajo.

Les funcionaries entrevistades nos expresaron que incluso previo a la pandemia, la cantidad de personal bajo licencia por motivos de salud mental era muy significativo. Decían que ante la licencia de una persona no se le asignaba un reemplazo por lo que las tareas se debían repartir entre el personal disponible. En este mismo sentido, el trabajo anteriormente citado de Sain (2015) muestra que la precariedad estructural se refleja en una situación laboral que conduce a un deterioro de la salud física y psíquica y se traduce en un permanente incremento de carpeta médica, merma cuantitativa de recursos humanos. Conversando con un oficial sobre el personal nos decía que, por “covid creo que no tenemos a ninguno. No, licencias por problemas de salud que tiene cada una. Junta médica. Pero nos arreglamos como podemos” (Marcos; entrevista personal, 13/5/2021).

Por otro lado, un emergente recurrente en las entrevistas fue la explicación de sus actividades laborales diarias a partir del concepto de “riesgo”. La categoría “riesgo”, “peligro” y “sacrificio” son vertebrales en la tarea policial, así como el padecimiento físico como forma de graficar esa entrega (Garriga, 2017; Garriga, 2016). “De por sí ya estar en la calle es un riesgo en sí… tenés que tener cuatro ojos o seis…” (Yanina; entrevista personal; 13/7/23). Por tanto, el riesgo es parte de las tareas policiales desde la percepción policial. En este sentido, la calle es para elles un escenario que les merece estar en alerta, que la pandemia reordenó. Dicho riesgo podía tomar diferentes formas. Por un lado, les entrevistades hacían referencia a los fallecimientos de otres policías. Un entrevistado remarcó: “Tenemos muchos compañeros que han caído por Covid”4 (Gerónimo, entrevista personal, 12/7/21). La forma de expresar el fallecimiento por la enfermedad en esos términos refiere a formas conocidas de expresar la muerte del personal policial. A pesar de ello, algunes entrevistades sostenían que “la institución lo único que te da es el pésame” (Mauro; entrevista personal; 6/7/21).

Por otro lado, lo que se observa en las entrevistas es la porosidad de los límites del riesgo. En otras palabras, un peligro que se extiende más allá de la vida del funcionario policial en cuestión, hablamos del riesgo de contagiar a su familia y allegades. “Cuando dejamos de trabajar pensamos que estamos fuera del peligro, y estamos igual, de la misma manera” (José Luis, entrevista personal; 6/7/2021). Si bien existe cierta aceptación de los riesgos personales, reflexionar en torno a la posibilidad de contagio de algún familiar se presentaba como un fenómeno preocupante y novedoso.

Ante esta situación, el apego a los protocolos fue cambiante y dependió más de la decisión individual o del titular de la dependencia que de un orden institucional. Asimismo, en algunos casos nos expresaban que tuvieron que autofinanciarse los elementos de protección y poner en prácticas formas de cuidado relativas a la limpieza del lugar. Las prácticas de cuidado y prevención se describen como el resultado de decisiones y criterios individuales.

Conclusiones

La irrupción de la pandemia trajo consigo la transformación de infinidad de aspectos de la vida cotidiana en general. Si bien la policía no estuvo exenta de esto, lo que se observa es una tendencia a profundizar problemas ya existentes. El desafío que planteó la pandemia al interior de cada comisaría respecto al personal fue sumamente complejo. En un contexto laboral de carácter precario, la respuesta institucional fue la organización de turnos de trabajo de tal manera que se pudiera dar respuesta a las tareas policiales. El resultado concreto de ello fue un aumento de la jornada laboral. A pesar del desarrollo de esta estrategia institucional los contagios fueron en aumento. Esto no hizo más que agravar la situación preexistente en torno a la falta de personal.

En este contexto, les policías interpretaron tanto las acciones como los espacios (comisaría, calle y hogar) desde la noción de riesgo. Mientras que los riesgos previos a la pandemia requerían de la exposición de les policías, en términos de su sacrificio (Garriga, 2016), los riesgos propios de esta pandemia requieren el cuidado personal para otros. La posibilidad del contagio personal y a familiares fue una constante en las entrevistas. Con ello, las prácticas de cuidado tendieron a desarrollarse bajo parámetros individuales.

Nuestra investigación intentó inmiscuirse en la cotidianidad de las tareas policiales ante la irrupción de la pandemia. Para futuras investigaciones, consideramos que sería interesante profundizar en el análisis en torno al vínculo entre las licencias de salud y la narrativa del sacrificio predominante en la fuerza.

1Los autores prestan atención a la precaria formación de base y poca capacitación. Esto tiene un especial impacto ya que abona a que el sentido común institucional sea el sustento básico para la toma de decisiones y el desarrollo de las actividades cotidianas. Asimismo, la formación con la que cuentan está abocada a reforzar el sentido de autoridad y jerarquía.

2 La quinta de olivos es la principal residencia oficial del presidente de la nación.

4Como señalan Galvani y Maglia (2017), involucra una serie de sentidos asociados al honor y el sacrificio, además de reconocimientos materiales para las familias de las personas fallecidas.

Autor

Santiago de los Santos – Sociólogo egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias del a educación (FaHCE) de la Universidad de la Plata (UNLP). Becario por la Comisión de Investigación Científica (CIC) e integrante del Núcleo de Estudios sobre Seguridad de la provincia de Buenos Aires (NESBA).

Bibliografía

Bover, T. (2020) Mejor que arengar es escuchar. Revista Anfibia. Recuperado de: https://www.revistaanfibia.com/policia-bonaerense-mejor-que-arengar-es-escuchar

Calandrón, S. y Galar, S., (2019). “La plata se mueve en policía. Generación, acceso y circulación del dinero entre agentes policiales”. En Frederic, S y Calandrón, S., Deudas, consumos y salarios. Usos y sentidos del dinero en las fuerzas de seguridad. Eduvim, Buenos Aires.

Garriga Zucal, J. (2016) El verdadero policía y sus sin sabores. Esbozos para una interpretación de la violencia policial. Ediciones de periodismo y comunicación. La Plata.

Garriga Zucal, J. (2017) Sobre el sacrificio: “en cumplimiento de…”. En José Garriga (comp.) Sobre el sacrificio, el heroísmo y la violencia. Aportes para comprender las lógicas de acción en las fuerzas de seguridad. CABA. Editorial Octubre.

Hathazy, P. (2017) Encantando la burocracia: Sacrificio, violencia simbólica y (re)produccion de la autoridad carismática en un aparato policial. En José Garriga (comp.) Sobre el sacrificio, el heroísmo y la violencia. Aportes para comprender las lógicas de acción en las fuerzas de seguridad. CABA. Editorial Octubre.

Monjardet, D. (2010). Lo que hace la policía: sociología de la fuerza pública. Buenos Aires: Prometeo Libros.

Saín, Marcelo (2015) El leviatán azul. Policía y política en argentina. Editorial Siglo XXI. Buenos Aires.

Sain, M. y Rodriguez Games, N. (2016) ¿El gremio de la gorra? Trabajo y sindicalización policial; ejes para una discusión. Editorial Octubre. Buenos Aires.

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