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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

Si sufrís violencia de género llamá al 144.

Introducción

La irrupción de la pandemia por COVID-19 en marzo del 2020, y el conjunto de medidas dispuestas para su gestión, ha dado lugar a una serie de estudios que se interrogan acerca del conjunto de efectos que produjo en las distintas dimensiones de la vida social e individual. En sintonía con dichos estudios, desde el Observatorio de Violencias Sociales (OVISOC) de la Universidad Nacional Arturo Jauretche1 se llevó adelante una investigación en el marco del Eje “Seguridad, violencia y vulnerabilidades” del proyecto “PISAC COVID-19”. La sociedad argentina en la post pandemia”2. Algunos de los objetivos de esta investigación se dirigieron a analizar, en términos comparativos, los tipos de intervención de las fuerzas de seguridad y policiales en diferentes regiones del país, y en nuestro caso particular las acciones de policiamiento en la zona sur del conurbano bonaerense para con las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad. Específicamente, prestando al ejercicio de las violencias por parte de las fuerzas de seguridad hacia estas poblaciones. En el presente artículo nos proponemos comunicar de forma muy sucinta algunos de los principales resultados de dicha experiencia de investigación.

El trabajo de campo se realizó entre junio de 2021 y agosto de 2022, en un contexto signado por la crisis sanitaria y a las medidas de confinamiento adoptadas con el fin de morigerar sus efectos. Durante estos meses se realizaron 62 entrevistas (Cuadro Nº1), semiestructuradas y estructuradas, a miembros de las siguientes fuerzas de seguridad, a saber: Policía de la Provincia de Buenos Aires, Policía Federal Argentina, policías locales de los municipios de Quilmes, Avellaneda y Florencio Varela. En todos los casos los nombres de las/os entrevistados/as fueron modificados para preservar su anonimato.

Cuadro Nº 1: Distribución de entrevistas por fuerza de seguridad

Fuerza de Seguridad

2021

2022

Total

Policía de la Provincia de Buenos Aires

15

28

43

Policías locales

2

4

6

Gendarmería

1

1

Otros

6

6

12

Total

24

38

62

Fuente: elaboración propia

La experiencia de las entrevistas implicó la superación de una serie de desafíos que merecen una primera reflexión. En primer lugar, porque se trataron de entrevistas realizadas en un contexto en el que los encuentros físicos resultaban un factor de riesgo debido al posible contagio o propagación del virus. Por ello, se buscó llevar adelante las reuniones en espacios abiertos, tales como plazas o estaciones de servicios, entre otros, y, en ocasiones, se concertaron encuentros de forma virtual. En segundo lugar, porque en muchos casos se trató de la primera experiencia en el campo de la investigación social para muchos y muchas estudiantes de la carrera de Trabajo Social. En ese sentido, las entrevistas se realizaron en pares y estuvieron guiadas por el equipo docente del OVISOC. A su vez, y una cuestión no menor, es que la aproximación hacia las/los entrevistados/as implicó, al menos en un primer momento, reconocer y gestionar las propias preocupaciones y/o incertidumbres acerca de la posibilidad de establecer una relación de confianza mutua que permitiera entablar un diálogo.

De igual modo, es importante señalar que el acceso a los intercambios fue posible gracias a la proximidad residencial con las/los entrevistadas/os que participaron de la investigación. En este sentido, los participantes fueron convocados a partir de la mediación de familiares, vecinos/as o compañeras/os estudiantes de nuestra propia casa de estudios. En la mayoría de los casos se trató de efectivos con grado de suboficiales u oficiales y, en menor medida, de comisarios. Un aspecto que merece ser destacado, en este punto, es que si bien la investigación estipulaba la realización de entrevistas semiestructuradas el desarrollo de los intercambios mostró la necesidad de flexibilizar la pauta de entrevista para darle lugar a una serie de salientes no previstos pero que emergieron con regularidad. En este sentido, la pauta de entrevista original apuntaba a producir información acerca de las transformaciones en las prácticas cotidianas de control social a efectos de las medidas de aislamiento establecidas mediante el decreto (DNU 297/2020). Los hallazgos de la investigación, en cambio, plantearon la necesidad de darle un mayor lugar a otras problemáticas vinculadas, por ejemplo, con las desigualdades con motivos de género al interior de las propias fuerzas de seguridad.

Desprotecciones y riesgos. Sobre las condiciones de trabajo de las fuerzas de seguridad durante la pandemia

En primer lugar, debemos referirnos a las condiciones de trabajo en el desempeño de las funciones de los efectivos tuvo lugar durante el contexto de crisis sanitaria. El trabajo policial durante este contexto, las rutinas y el tipo de intervenciones que se les demandó, no fueron sustancialmente novedosas. Sin embargo, las tareas de control social en este contexto requirieron de una suerte de auto-gestión de ciertos miedos asociados a las condiciones laborales que presentaron las fuerzas de seguridad durante el período analizado. Específicamente, los entrevistados/as tuvieron que lidiar no solo con el miedo al contagio, sino también con el miedo a la sobrecarga de trabajo y al deterioro de los salarios. Estos elementos, en la narrativa policial, operaron como legitimadores de la protesta inédita que se inicia los primeros días del mes de septiembre de 20203.

Si bien con la irrupción de la pandemia el temor al contagio, ya sea propio o de familiares, amigos/as y/o conciudadanos/as, atravesó al conjunto de la población, en el caso de las/os policías éste presentó algunas especificidades: por un lado, por particularidad de las tareas realizadas y la percepción de que la propia labor policial implica una sobreexposición al riesgo y, por el otro, por la precariedad de protecciones sociales, específicamente, en materia de salud. En el primer caso, la experiencia del riesgo se asoció a las tareas de intervención que, frecuentemente, recaen sobre poblaciones empobrecidas que habitan espacios y/o viviendas en condiciones de hacinamiento. Al mismo tiempo, el trabajo policial implica compartir espacios reducidos, tales como móviles, con otros efectivos. Sumado a ello, el desconocimiento acerca de los protocolos de cuidados que se debían adoptar para protegerse del virus Covid-19, así como la falta de insumos de protección biomédicos suficientes, tales como barbijos o alcohol o elementos de desinfección para los espacios de trabajo, que en muchos casos los efectivos tuvieron que costear mediante sus salarios, y la deficiencia de los seguros de salud con los que cuentan fueron algunos de las cuestiones que emergieron con frecuencia en las entrevistas realizadas.

La sobrecarga de horas de trabajo, por su parte, se combinó con una reducción de los ingresos. La reducción de efectivos disponibles (ya sea porque los/as compañeros/as de trabajo se encontraban con licencia por enfermedad, en situación de aislamiento o bien por la propia reorganización de trabajo en calle y al interior de las comisarías) implicó una ampliación de las tareas laborales y la reducción de horas de descanso para aquellos que se encontraban en actividad. A su vez, la suspensión de eventos masivos, así como de actividades de recreación y/o comerciales, redujeron la posibilidad de tomar horas adicionales4, lo que produjo una merma sustancial en los ingresos que complementan los salarios, especialmente del personal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que abonaron al aumento del malestar al interior de las fuerzas de seguridad. Este conjunto de factores, y especialmente lo vinculado a la reducción de los ingresos, devino en las protestas antes mencionadas; protesta que ocasionó, entre otras cosas, tanto el incremento de los salarios como la desafectación, o el cese de actividades por tiempo indeterminado, de parte de los policías que habían participado de la medida de fuerza.

Intervenciones de control social y ejercicio de (y con) las violencias. Sobre las prácticas de policiamiento en contexto de pandemia

Las medidas de confinamiento de la población, y las demandas de parte de la población de resguardo las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) y de distanciamiento social preventivo y obligatorio (DISPO), dieron lugar a una excesivo policiamiento de la sociedad, pero fundamentalmente de los “sectores populares” (Cravino, 2008). Al reclamar la intervención de las fuerzas de seguridad en diversas actividades, tales como el control de los permisos de circulación en el transporte público, de vehículos particulares y de peatones se configuró un escenario privilegiado para un ejercicio de poder punitivo y discrecional por parte de las fuerzas policiales y de seguridad durante la pandemia.

En los relatos policiales aparecen con frecuencia, por un lado, los conflictos sobre los cuales debieron intervenir con frecuencia durante el periodo de ASPO y, por otro lado, las modalidades de intervención policial que evidencian la naturalización del ejercicio de la violencia sobre los sectores populares.

Las tareas de vinculadas al control de los permisos de circulación de peatones, en transporte público o de vehículos particulares, y las intervenciones de “desarme” de fiestas o reuniones clandestinas fueron el escenario privilegiado para el recrudecimiento del poder punitivo y discrecional basado en el “olfato policial” (Bover, 2014; Garriga Zucal, 2013) por parte de las fuerzas policiales y de seguridad que recae selectivamente, como ha sido abordado ampliamente en la literatura especializada, sobre los jóvenes de sectores populares principalmente.

Hace siete años que estoy (en la fuerza), uno con el tiempo se da cuenta, es algo que lleva adentro. Por las actitudes que tiene la persona, el que está haciendo un ilícito o el que quiere robar o qué es lo que quiera hacer. (RG, 31 años, Sargento, Policía de la Provincia de Buenos Aires).

Lo que tiene el policía es un ojo distinto a los demás. Yo cuando subo al colectivo visualizo un panorama general y lo que miraba era que no haya jóvenes con otras intenciones, porque había poca gente también, se aprovechan capaz de robar un celular y salir a las corridas. Bueno por eso el policía lo va adquiriendo con el tiempo, es una habilidad y eso era lo que más importaba. (PC, 33 años, suboficial, Policía de la Provincia de Buenos Aires)

Sin embargo, durante la pandemia las acciones de policiamiento se encontraron, según la narrativa de nuestros entrevistados y entrevistadas, poco direccionadas cuando no improvisadas. Esta falta de orientación se explica, desde sus relatos, por la ausencia de personal jerárquico en las comisarías. En este sentido, el principal objetivo que se identificó fue el de “hacer estadísticas”, es decir, realizar cierto número de “bajadas” a la comisaría por turno que permita engrosar los “números” de personas sobre las que se intervino por incumplimiento del artículo 205 del Código Penal.

Era salir a la calle y como la mayoría que es policía, vos salís a la calle y tenés lo mínimo y bueno ahí improvisas y haces. Si después bajaron una orden de servicio de bajar a todos los ciudadanos que en tal horario no esté en su domicilio sin ninguna justificación y más que nada era por estadística (CP, 34 años, oficial subayudante, Policía de la Provincia de Buenos Aires)

Ahora bien, pese a las precarias condiciones laborales y a los riesgos a los cuales se enfrentaron los miembros de las fuerzas policiales y de seguridad el cumplimiento rutinario de sus intervenciones y tareas de policiamiento se sostiene, acorde a nuestro análisis, en el apego a la institución que portan respecto a la institución policial. Es precisamente el sentido de pertenencia a la institución, que en ocasiones aparece o bien como la “lealtad a los compañeros/as” o bien como “el deber policial”, el que permite comprender algunas de las justificaciones a la exposición frente al riesgo de contraer el virus del Covid-19.

Aunque que existe toda esta enfermedad ponemos un gran esfuerzo en ir a trabajar y arriesgarnos, más que nada porque no tenemos otra opción, tenemos que salir a trabajar sí o sí, porque es nuestro deber. (MJ, 25 años, Policía de la Provincia de Buenos Aires).

Yo creo que nos reconocemos entre nosotros mismos (…) para que mi compañero sepa que yo estoy codo a codo con él y que no lo voy a abandonar. (BP., 45 años, Policía de la Provincia de Bueno Aires).

Por último, un saliente del trabajo de campo realizado, no previsto en la pauta de indagación preliminar, fue el conjunto de microviolencias, malos tratos y/o abusos con motivos de género que las propias policías sufren en el desempeño de su labor policial en este caso las afectivas mujeres. Si bien esto no es una novedad ocasionada a efectos de la pandemia, las limitaciones de circulación y el encierro profundizaron dichas situaciones. El acoso sexual por parte de compañeros varones y las represalias por parte de quienes, entre ellos, ostentan rangos jerárquicos mayores ( “los jefes” ), ante la negativa a acceder a demandas sexuales o afectivas o la dificultad para ascender en la carrera laboral, resultaron emergentes de la investigación que se recogieron con frecuencia en los relatos de nuestras entrevistadas, muchas de las cuales contaban con, al menos, alguna experiencia formativa en materia de géneros y diversidades.

(…)Si vos tenés una imputada femenina, siempre la va a cuidar una femenina. Si es una persona del colectivo trans, lo va a cuidar una femenina, si se autopercibe como mujer, lo va a cuidar una femenina, si se auto percibe como hombre lo va a cuidar una femenina. (B., 46 años, Policía de la Provincia de Buenos Aires).

(…) El hombre es como que siempre va más al choque y va más a la pelea, en cambio la mujer es como que se contiene un poco más, entonces si te digo es esto es esto y ya está, te callas y te quedas ahí. Y con lo que es respecto a género la mujer dentro de todo es como que es más comprensiva en cierto punto. (CR, 36 años, oficial subayudante, Policía de la Provincia de Buenos Aires).

De igual manera, los estereotipos sexogenéricos que condicionan la división del trabajo policial, en términos de divisiones jerárquicas y funcionales de roles y actividades, por ejemplo, con relación al abordaje de situaciones de violencia de género o las custodias de personas trans que recaen siempre sobre las mujeres policías, así como al reconocimiento y los recursos destinados para dichas tareas fueron una dimensión que mereció nuestra atención a partir del trabajo de campo realizado.

A modo de cierre

Nuestra pregunta de indagación hizo foco en las tareas y rutinas de las fuerzas policiales durante el 2020 y 2021 a partir de la cual identificamos un conjunto de salientes, aquí comunicados a grosso modo, que muestran que la pandemia, antes que introducir modificaciones radicales, intensificó tanto de las desprotecciones laborales y riesgos que enfrentan las policías en el desarrollo de las funciones que les fueron asignadas, como del despliegue selectivo de las violencias.

Sin duda, el estudio sobre las fuerzas de seguridad resulta un objeto incómodo que representa un desafío analítico, y ético, para quienes formamos parte del campo de la investigación social. Desde nuestro estudio, procuramos evitar toda equiparación respecto a las violencias sufridas y a las propiciadas por las fuerzas policiales sin perder de vista las posibles conexiones entre la autogestión de los riesgos – al contagio, a la pérdida de ingresos, a la sobrecarga laboral, entre otros – y la replicación de violencias que despliegan las fuerzas de seguridad, habitualmente sobre quienes habitan los barrios y/o zonas urbanas más empobrecidas de la zona sur del conurbano bonaerense.

1El equipo está compuesto por estudiantes de la carrera de Trabajo Social del Instituto de Ciencia Sociales y Administración y por docentes de esta misma casa de estudios.

2Proyecto financiado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina.

3 Nos referimos a las acciones de protesta que se iniciaron el 7 de septiembre de 2020 en distintos puntos del Gran Buenos Aires y el interior de la Provincia de Buenos Aires, especialmente en los partidos de La Matanza, Florencio Varela, Quilmes y Avellaneda.

4El sistema de horas adicionales dentro de la Policía de la Provincia de Buenos Aires las categoriza en dos tipos: horas CORES (Compensación por Recargo de Servicio) y horas POLAD (Policía Adicional). Las primeras son de carácter voluntario, aunque como se ha evidenciado en las entrevistas realizadas pueden tornarse de carácter obligatorio en virtud de la relación existente entre superiores y subalternos. Estas dependen, institucionalmente, de la cantidad de horas CORES mensuales asignadas a cada establecimiento policial, lo que implica que la distribución y posibilidad de horas adicionales por agente depende del presupuesto asignado para estas. Las tareas a realizar no difieren de aquellas que realizan los efectivos, sino que representan una continuidad con estas tareas. Las horas POLAD surgen de un convenio entre la policía y actores externos como organizadores de eventos y espectáculos, entidades bancarias, instituciones educativas, de salud, entre otras. Estas sólo pueden realizarse en tanto no interfieran con la labor policial ordinaria (Calandrón y Galar, 2017).

Autoras/es:

Claudia Martinez Robles – Socióloga. Doctora en Ciencias Sociales. Docente del Instituto de Ciencia Sociales y Administración, Universidad Nacional Arturo Jauretche, y de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.

Alejandro Salgado – Estudiante avanzado de la Lic. Trabajo Social – Miembro del OVISoc.

Silvana Gonzalez – Estudiante avanzada de la Lic. Trabajo Social – Miembro del OVISoc..

Mariela Vaccarino – Estudiante avanzada de la Lic. Trabajo Social – Miembro del OVISoc.

María José Méndez – Estudiante avanzada de la Lic. Trabajo Social – Miembro del OVISoc.

Patricia Díaz – Estudiante avanzada de la Lic. Trabajo Social – Miembro del OVISoc.

Mirian Gonzalez – Estudiante avanzada de la Lic. Trabajo Social – Miembro del OVISoc.

Fotografía: SERGIO GOYA “Trabajadores de la salud”

Bibliografía

Bover, T., (2013). “una cuestión de criterio: sobre los saberes policiales.”, En: Frederic, S., Galvani, M., Garriga, J. y Renoldi, B.(comps.), De Armas Llevar: Estudios Socio Antropológicos De Los Quehaceres De Policías y De Las Fuerzas De Seguridad, 2013.. Frederic, S., Galvani, M., Garriga, J. y Renoldi, B.(comps.) La Plata: Ediciones de Facultad de Periodismo y Comunicación Social–UNLP, (2014.3): 327-354

Calandrón, S., y Galar, S. (2017) “Dinero, trabajos alternativos y consumos en la vida cotidiana de policías de la Provincia de Buenos Aires”, en: Prácticas de Oficio 2 (20).

Bover y Garcia Zuncal

Cravino, M. C. (2008). Los mil barrios (in)formales. Aportes para la construcción de un observatorio del hábitat popular del Área Metropolitana de Buenos Aires. Los Polvorines: Universidad Nacional de General Sarmiento.

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