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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

Si sufrís violencia de género llamá al 144.

Algunas notas para la conceptualización

1-

La praxis y la práctica. Una práctica no se realiza de por sí, una práctica está determinada por los conceptos que pongo en juego en la realización de la misma. Los conceptos son los que dirigen las prácticas. Yo tengo conceptos en mi praxis que operan más allá de mí, con mi conocimiento o aún en mi desconocimiento.

Cuando nos tenemos que introducir a los conceptos de la Salud Mental Comunitaria, lo primero para afirmar es que se trata de un campo, donde hay una complejidad y múltiples atravesamientos que lo constituyen, es decir que no hay una teoría que nos explique qué sucede en ese campo, sino que hay algunas disciplinas que abordan los fenómenos que se presentan y los efectos de esas intervenciones, en cualquier caso, si es que hay una teoría, se trata de una teoría por venir.

Las líneas de constitución de un campo, se dan a partir de determinados paradigmas que intervienen en la generación de los conceptos y de las prácticas, las condiciones de posibilidad para que una disciplina opere en tanto tal, diría Michel Foucault. Cuando hablamos de paradigmas, también decimos implícitamente que el conocimiento científico está atravesado por cuestiones históricas, culturales, económicas y obviamente políticas (ver: Thomas Khun, La estructura de las revoluciones científicas, Paul Feyerabend, Adiós a la razón).

Por ejemplo, si yo digo Salud Mental y Adicciones, no es lo mismo que si digo Salud Mental y Consumos Problemáticos. Ahora bien, si yo digo Salud Mental Comunitaria voy a tener que definir eso que es llamado Comunitario, y allí entramos en la puerta de un debate, de una discusión posible, sobre qué quiere decir lo comunitario. Les dejo planteada la pregunta: ¿de qué hablamos cuando hablamos de lo comunitario?

2-

Una afirmación, para leer y aportar al debate: para trabajar en el campo de la Salud Mental, para realizar nuestras prácticas allí, debemos conocer cuáles son las características de los dispositivos de cuidado, de acompañamiento y de asistencia de las personas que atraviesan cuestiones de Salud Mental y/o de Consumos Problemáticos.

Históricamente conocemos los dispositivos de asistencia, de atención de los pacientes, de los usuarios, de los sujetos, de los ciudadanos, de Salud Mental en la red pública, en los distintos niveles del estado nacional, provincial y municipal. Si nosotros hacemos un relevamiento de los dispositivos abiertos hoy, un mapa de los establecimientos de Salud Mental, un “recursero”, vamos a poder leer qué tipo de paradigma está en juego, vigente, hoy. En otros términos, qué modalidad de trabajo sostenemos con nuestra práctica.

Muy probablemente nos vamos a encontrar con eso que llamamos la fragmentación del sistema de salud, la atomización de las ofertas, en Quilmes se ofrece una cosa, en Florencio Varela se ofrece otra cosa, en Berazategui se ofrece quizás otra. Hay ofertas superpuestas también. El campo de la Salud Mental y los Consumos Problemáticos es un espacio donde nos encontramos con una oferta de dispositivos fragmentada, parcializada, atomizada. Hay una tarea a realizar para unir cada una de esas ofertas, en una red de dispositivos que no sea solamente de atención de la demanda, de dar asistencia a lo que llega, sino que también pueda ofrecerse cuidado y acompañamiento. Un paradigma que cuente con una atención integral, no solamente de la enfermedad, sino que también cuente con la prevención y la promoción de la Salud Mental.

Por eso hablamos de Dispositivos de cuidado, de acompañamiento y de asistencia en Salud Mental y Consumos Problemáticos. En este sentido, podemos mencionar el programa Cuidar a los que cuidan, un dispositivo que inventamos en Abril del 2020 en el Dispensario de Quilmes, en plena pandemia, dirigido al acompañamiento del personal de Salud del Municipio de Quilmes, que aún hoy continúa trabajando.

3-

Una breve nota sobre los usuarios y el territorio. Es absolutamente fundamental conocer el territorio y los sujetos que lo habitan. El conurbano bonaerense tiene características particulares en relación a los sujetos, identidades propias en juego, en donde habrá que articular una tensión específica: los dispositivos universales pensados para todos y para todas, garantizando derechos, pero que también puedan alojar cada subjetividad, a cada uno de esos sujetos en su singularidad.

Las personas atraviesan cuestiones de salud mental y/o de consumos problemáticos. Atravesamos problemáticas, porque forma parte del hecho de vivir en comunidad. Podríamos decir que este siglo XXI se torna demasiado hostil por momentos para la vida, en virtud de la supremacía, del imperio del discurso capitalista, ese sustituto del discurso del amo, va a decir Lacan. Todos y todas vamos a atravesar cuestiones de salud mental y/o de consumos problemáticos si seguimos viviendo de este modo, no es un problema del otro, del “loco”, del “drogado”, es un problema que también nos concierne a cada uno de nosotros, me concierne.

4-

Sobre la dimensión de las políticas públicas. La participación ciudadana es fundamental para poder mejorar las políticas públicas en materia de cuidado, acompañamiento y asistencia de los consumos problemáticos y la salud mental.

La participación de los vecinos y las vecinas es uno de los factores que inciden en que lo comunitario tome cuerpo, vida, exista. Salud Mental Comunitaria sin la participación de la gente no sería algo comunitario. Comunitario es sinónimo de una construcción colectiva, no es solamente sentarse en ronda a tomar mate y asociar libremente mientras el tiempo pasa. Una construcción colectiva implica un proceso, no lineal ni escalonado, horizontal, que toma como punto de partida y/o como horizonte: la vida y el bienestar en común.

Por ejemplo, el Dispensario es un producto de la participación ciudadana. Nació en 1943 como una iniciativa de los vecinos del barrio: Sala de Primeros Auxilios y Dispensario Infantil.

Participación ciudadana, involucramiento en lo social, implicación en la política, las fuerzas vivas de la sociedad, la comunidad organizada, la sociedad civil, los actores del sector, distintos para nombrar eso que es esperable, pero que hay que llevar adelante para que suceda. Nada sobre nosotros sin nosotros, dicen los usuarios de Salud Mental.

Hay una diferencia fundamental: una cosa es armar dispositivos y hasta un plan, desde el escritorio, desde la oficina de una Dirección, de una Secretaria, y otra cosa es escuchar la demanda social y desde allí generar las respuestas posibles para cada nueva necesidad. Porque donde hay una necesidad, hay un derecho.

5-

Sobre la política. La concepción de la Salud Mental Comunitaria, es inescindible de una concepción y de un proyecto político, por ejemplo, no es lo mismo si concebimos la Salud como un derecho de cada uno de los ciudadanos y las ciudadanas, que si concebimos la Salud como un bien del mercado,

Tomando como analizador la campaña de vacunación contra el Covid-19: No es lo mismo diseñar una campaña de vacunación con un acceso igualitario para todos, que dejarse llevar por determinadas demandas económicas y que haya vacunas libres para quienes puedan pagar en la farmacia de cada esquina.

Si tenemos en el horizonte la justicia social vamos a concebir determinados dispositivos, si observamos que hay cosas que no funcionan debemos disponernos a transformar, quienes nos dedicamos al psicoanálisis sabemos, como analizantes y como analistas que la transformación de la realidad es un hecho posible y efectivo. Quienes trabajamos por una patria justa, libre y soberana, también sabemos que la transformación de la realidad no solo es algo posible, sino que se torna algo necesario, por eso los invito a seguir construyendo comunidad y lo comunitario desde el lugar que cada uno ocupa.

Autor: Diego Timpanaro

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