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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

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11 de julio de 2023

Introducción:

La presente ponencia se inscribe en el eje temático de Educación, Niñeces y Juventudes. Su contenido recupera aspectos vinculados a la experiencia transitada durante 2022, como practicantes-estudiantes, en la organización social “La Escuelita” -Castelar Sur; partido de Morón- en el marco de la asignatura Trabajo Social 3, correspondiente al plan de estudios de la Licenciatura en Trabajo Social de la Universidad Nacional de Moreno. 

 “La Escuelita” es una organización social que acompaña a las niñeces y adolescencias a través de la educación popular. Es objetivo de nuestra presentación, socializar algunas reflexiones en torno a los modos en que tal organización promueve en su población la construcción de condiciones de accesibilidad y restitución de derechos. 

Para ello, inicialmente caracterizamos el contexto histórico social en que se fundó la organización. Seguidamente, abordaremos cuestiones relativas a “La Escuelita” y su relación con la comunidad y el territorio. Aspectos que, finalmente, nos permitirán poner en diálogo a esta organización con la restitución de derechos y la generación de condiciones de accesibilidad hacia la comunidad. 

Antecedentes y contexto histórico social fundacional de la organización

“La Escuelita” es una organización social sin fines de lucro nacida en el año 1994, en el marco de un contexto macrosocial neoliberal, acentuado en Argentina bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem. Serán los cambios introducidos por entonces, asociados a la reducción de la intervención estatal, la lógica del papel del Estado y el crecimiento del libre mercado, los que signaron su escenario de origen. 

Surgida como una forma de hacerle frente a la compleja situación a nivel histórico-social, político y económico que atravesaba la población y, como estrategia de fortalecimiento para la comunidad, “La Escuelita” emergió como un proyecto diseñado por actores de la escuela privada Pompeya Palloti, ubicada en la localidad de Castelar Sur, partido de Morón. 

Como proyecto, inicialmente persiguió por objetivo el brindar apoyo escolar a la población infanto-juvenil matriculada en la EP N°51 “Provincia de Córdoba”, enclavada en la localidad de Libertad del Partido de Merlo.  

En la ejecución de esta iniciativa, originariamente, participó un grupo reducido de personas integrado por profesores y estudiantes voluntarios de la escuela Pallotti. Dichos actores se trasladaban semanalmente a las instalaciones de la EP N°51, con el fin de acompañar las trayectorias educativas de los NNyA del barrio. No obstante ello, y dada la compleja situación observada en cuanto a las necesidades de alimentación de los NNyA partícipes, comenzaron a proporcionar un desayuno en el espacio, a fin de facilitar a las familias la provisión alimentaria. De esta manera, la organización puso en evidencia las falencias de la educación pública por entonces, o bien, su incapacidad de respuesta ante las nuevas demandas emergentes, propias de una sociedad dinámica inmersa en un sistema capitalista desigual.

Luego de diversos acontecimientos, la organización trasladó su funcionamiento a la sede de la Escuela N°48 “Fragata Presidente Sarmiento” de la localidad de Castelar Sur, Partido de Morón. A partir de allí, el proyecto fundante redefine sus objetivos en virtud de la ampliación de problemáticas sociales identificadas en el territorio, donde esta institución está inmersa. Este hecho, devino en la generación de nuevos proyectos para hacer frente a la cuestión social y a las demandas de los sujetos. 

“La Escuelita” y su relación con la comunidad y el territorio como entramados simbólicos

Ameigeiras (2002) expone que el barrio es definido como un espacio de relación con el otro, como un ser social que exige un tratamiento especial. Caminar la calle es el planteamiento de un acto cultural no arbitrario, en tanto inscribe al habitante en una red de signos sociales cuya existencia es anterior a él, vecindad, configuración de lugares, etc. 

Sabemos que el barrio en el conurbano presenta características especiales. No se trata solo de una peculiar ocupación del espacio, sino de nuevas formas organizativas desplegadas desde una trama sociocultural singular. 

Sabemos, también, que a luz de distintas situaciones complejas producto de las desigualdades presentes en la sociedad actual, se han parido distintas formas organizativas en las comunidades, los barrios y las vecindades para tratar de dar respuestas a las demandas propias del territorio desde una acción conjunta.

Comprendemos, a su vez, que el territorio forja sujetos y comunidades. En consonancia con ello, vislumbramos cómo los destinatarios de la organización “La Escuelita” comparten intereses, objetivos y deseos. También, cómo comparten la necesidad de acompañamiento en sus trayectorias educativas, en su contención, en la urgencia de transformaciones edilicias y el fortalecimiento de cuestiones alimentarias. En resumidas cuentas, en la restitución de sus derechos vulnerados. 

Por último, nos resulta necesario subrayar que el territorio se construye en torno a las significaciones que sus habitantes crean en torno a él. Así como también, en base a los modos de habitar que los sujetos llevan adelante, incluyendo en ello, las diversas formas que cobran sus luchas ante las demandas emergentes. En esta línea, sostenemos que “La Escuelita” se inscribe como algo más que una organización que brinda apoyo escolar. Se trata de un lugar de encuentro, donde distintas generaciones del barrio vivencian un espacio de esparcimiento, acompañamiento emocional y/o psicológico, donde pueden sentirse escuchados y recibir contención, en relación con diversas situaciones que los aquejan. Es allí, en esa construcción simbólica, donde cobra singular relevancia la presencia de un trabajador social. Es él, quien a través de su discurso, devela las representaciones portadas en torno a la organización por los sujetos que contiene: 

Hay algo ahí que es “re loco”. Hace un tiempo estábamos llegando y en la puerta un nene hace un berrinche y la mamá le dice: si te portas mal, no te traigo más a la escuelita. Para mí fue muy revelador, que no todos los pibes y pibas quieren ir a la escuela un sábado -en esa época nosotros arrancamos a las nueve de la mañana- había que venir re temprano y en realidad era un castigo el no traerlos. (Referente 1; 2022).

“La Escuelita”: un espacio de restitución de derechos y de generación de condiciones de accesibilidad hacia la comunidad 

Si bien esta organización social no se encuentra adherida directamente a ningún programa o política social, resulta innegable que se encuentra atravesada por distintas políticas públicas. En este sentido, destacan aquellas concernientes a la educación pública y gratuita y el derecho a la alimentación. A su vez, cabe distinguir la articulación que establecen con la UGC N°5 de Castelar Sur, partido de Morón, por cuanto, no sólo permitió a “La Escuelita” abordar situaciones complejas particulares presentes en la población que contiene; sino también, ha posibilitado la continuidad provisoria de sus actividades en las instalaciones de esta UGC, ante conflictos y tensiones surgidas circunstancialmente con directivos de la EP N°48. 

En lo que refiere a la potencialización de los procesos de enseñanza-aprendizaje, la organización promueve el acompañamiento de los NNyA a través de diferentes actividades y talleres. Por otra parte, fomentan el desarrollo de espacios artísticos, lúdicos, deportivos y creativos, con la finalidad de promover la integración de los mismos. Dichas tareas, son encaradas bajo un enfoque sustentado en el fortalecimiento de las acciones educativas desarrolladas por la escuela, así como el de los lazos comunitarios. Razón por la cual, buscan desplegar un trabajo en conjunto y en colaboración con las familias que asisten a “La Escuelita” con la intención de lograr mejores condiciones en el aprendizaje y en la construcción de lazos sociales. Es en ese proceso de construcción de un espacio propio, donde se pondera la participación de las familias como actores principales para diseñar y recrear -en lo posible- lo esperado por cada uno de ellos. 

Tal como indican Lavandera y Maglioni (2010) y, en base a los objetivos que persigue la organización, entendemos que este “tipo de proyectos apunta a trascender el mero abordaje de las “cuestiones” vinculadas a subsistencia y atención de las necesidades más básicas de las familias, buscando desarrollar las capacidades de los destinatarios de sus prácticas” (Lavandera y Maglioni; 2010; pág 135). 

Asimismo, destacamos, tras el proceso transitado en este espacio, la labor de articulación que “La Escuelita” realiza con diferentes organizaciones y programas a fin de alcanzar el cumplimiento de sus objetivos. Por otra parte, resaltamos que ha quedado, por demás visible, el lugar central que ocupa en el desarrollo de sus acciones la priorización de la figura del otro, en tanto sujeto que presenta potencialidades de transformación y autonomía. Hechos que, según creemos, distancian a esta organización de las insuficiencias que caracterizan a las instituciones con mayúscula (Arias; 2020), cuyo funcionamiento, aún hoy, se funda en mecanismos pertenecientes a modelos pasados, incapaces de alojar a un sujeto inesperado. Nuevos sujetos -en este caso NNyA- habitan “La Escuelita”, al no ser o sentirse del todo alojados en instituciones tradicionales, tales como la escuela, teñida aún, en algunas de sus aristas, por el modelo de educación bancaria.

Entendemos que, es en el marco de una lógica de inclusión, donde esta organización busca restituir derechos tales como el acceso a la salud, la alimentación y/o a una vivienda digna, pese a las adversidades de un contexto complejo y convulsionado por problemáticas emergentes de manera constante.

Conclusiones

Para finalizar, es importante dar cuenta que esta alternativa educativa pone de manifiesto la insuficiencia de las instituciones tradicionales al momento de dar respuesta a las demandas emergentes o de responder a la presencia de un sujeto inesperado. Tal dificultad, creemos, es producto de la vigente presencia de un modelo o paradigma originado al calor de un incipiente modelo capitalista que introdujo nuevos problemas sociales y necesidades, propios de una época pasada, tal como lo afirman Basta y Carnevalli (2017). 

Sin embargo, sabemos que actualmente los problemas sociales y las necesidades que se presentan son distintas a las de ese momento histórico y particular, por ende, requieren otro tipo de mirada y modos de abordaje, que permitan comprender lo social como algo dinámico y en constante cambio. En este sentido, la educación no formal, o también llamada educación popular, resulta una manera adecuada para dar respuesta a las cuestiones que la educación bancaria no está pudiendo abarcar. Ello, en tanto, el contexto de aprendizaje informal, encuadrado en la educación popular, favorece la inclusión de todas las personas, sin realizar diferenciación alguna, entendiendo que la capacidad de aprender es inherente al ser humano (Martini; 2015).

Es en el marco de esa concepción de integración de las personas que “La Escuelita” busca constituirse como un espacio abarcativo y de movilización, al que asisten personas diferentes, con sus respectivos ideales, simbolismos y representaciones, producto del entretejido de relaciones sociales tramadas en la particularidad de su comunidad. Se trata, pues, de una organización donde padres, hermanos e hijos transitan su día a día, un lugar donde se promueve que los jóvenes se sientan parte e importantes. En donde, también, se los acompaña, interpela y se buscan condiciones de mejora a través del fortalecimiento del lazo social y la procura de cuidados tanto psicológicos como emocionales.

Por lo anterior, consideramos que esta organización de educación popular busca impulsar nuevas formas de poder y resiliencia, por cuanto promueve la liberación de “jóvenes oprimidos” y su integración en el sistema, generando para ello condiciones de accesibilidad y restitución de sus derechos.

Por último, resta nuevamente destacar la importancia de intervenir en situaciones complejas, a partir de la construcción colectiva de otras miradas. Creemos que, una intervención no convencional-tradicional será la que nos permita desenvolvernos en la praxis de una forma novedosa y amena para una población que transita dificultades. Confiamos plenamente, como futuras trabajadoras sociales, en la potencialidad de lo colectivo y el tejido de redes humanas como camino hacia la construcción de una sociedad más justa y menos inequitativa. 

 

AUTORAS: Valdez Iara Celeste, Rabaiotti Sol Anabella y Pomati María Agustina.

 

Bibliografía

Ameigeiras, A. (2002) El pensar popular: Entre la memoria popular y el imaginario colectivo en la cotidianidad del ámbito barrial. En Forni, F. (comp) De: La exclusión a la organización. Hacia la integración de los pobres en los nuevos barrios del Conurbano Bonaerense. Buenos Aires. Ciccus. 

Arias, A. (2020). El problema del triángulo. Trabajo Social e instituciones en una propuesta del CELATS, En https://revistas.unlp.edu.ar/escenarios/article/view/10037

Basta, R. y Carnevali, F. (2017). Reseña sobre la Modernidad y el desarrollo del pensamiento moderno. Mimeo. Lanús.

Lavandera, L. y Maglioni C. (2010) Origen y conformación de las organizaciones comunitarias de base territorial.  En Brancoli, J. (director) Donde hay una necesidad, nace una organización. Surgimiento y transformaciones de las asociaciones populares urbanas. Ediciones CICCUS, Buenos Aires. 

Martíni, R. (2015) Contextos de Aprendizaje: formales, no formales e informales. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Universidad Nacional de Río Cuarto.

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