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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

Si sufrís violencia de género llamá al 144.

“Si quieres obtener resultados distintos,

entonces debes hacer las cosas de otra manera”

A. Einstein

Introducción:

En el presente trabajo se intentará desarrollar un análisis del proceso de evaluación y acompañamiento familiar realizado por el Equipo Técnico Estación La Plaza, que trabaja con NNyA con experiencia de vida en calle, dependiente de la Subsecretaría de Política Integral de Niñez y Adolescencia del Municipio de Quilmes.

  • Desde la calle al barrio. Iniciar el vínculo.

En el año 2021, en el marco de recorridos diarios, el equipo contacta en calle a varixs hermanxs de entre 6 y 12 años de edad, en situación de mendicidad y venta ambulante en la zona céntrica de Quilmes. El mayor de lxs hermanxs, ya conocido por este equipo, fue quien permitió -a posteriori- y en diversos encuentros semanales en calle, la construcción de un vínculo de confianza con el resto de sus hermanxs. Llegando así a tomar conocimiento de su barrio de pertenencia.

Una vez que el equipo logró iniciar un trabajo barrial, se propuso conocer a la familia, en pos de realizar una evaluación y un diagnóstico de la situación, que permitiera diseñar y desplegar estrategias de abordaje integral tendientes a revertir la situación de exposición en calle de lxs NNyA. Pero no fue tan sencillo, ya que se encontró un escenario muy complejo. La intervención implicó tener que atravesar grandes tensiones, varios intentos fallidos y procesos a lo largo del tiempo.

  • El Clan. Secretos y encubrimientos.

Sólo a partir de la presencia y persistencia territorial, se logró conocer en profundidad la multivulneración de derechos en la que se encontraban estxs NNyA. Se comenzo a vislumbrar una intrincada lógica familiar de secretos y encubrimientos, la cual funcionaba como Clan, atravesada por consumos problemáticos, violencias, abuso sexual contra las infancias, trastornos severos de salud mental, deserción escolar, deficit habitacional, hacinamiento, muertes, venta de estupefacientes, entre otras múltiples aristas de una tan compleja situación.

En las familias actuales, coexisten rasgos tradicionales y nuevos, que producen conflictos, partiendo desde la premisa que existen familias desorganizadas1, cuando en realidad, en esta situación nos encontramos con una particular organización, ya sea para agredirse o sobrevivir mediante sus propias estrategias, como la venta de estupefacientes.

En la comunidad barrial, resonaba y se señalaba que había un grupo familiar, el Clan, donde se “cocinaba” de todo un poco y donde diversos tipos de violencias coexistian. Dentro del Clan, se elige hacer foco en la situación de la Sra. M y sus hijxs. “Mala madre, no cuida a sus niñxs, no se ocupa ni de ella, que se va a preocupar de lxs chicxs”: eran algunas de las tantas frases que más se escuchaban.

  • Interseccionalidad y corresponsabilidad.

Durante meses, se mantuvieron reuniones con la escuela, el CIC barrial, organizaciones barriales y el CAPS, con el objetivo de conocer un poco más acerca de la familia, intercambiar miradas e intentar diseñar estrategias conjuntas. De todos estos efectores/instituciones, se oía lo mismo “el Clan es una gran familia que se mueve en bloque, donde todo pasa y se encubren entre ellxs(sic). Luego de varios intentos fallidos por convocar a M a entrevistas en sede del SL o en domicilio, se veía más alejada la posibilidad de un trabajo junto a ella. Se comenzó a trabajar desde lo macro (comunitario e institucional) hasta lo micro (familiar y singular), construyendo así un “diagnóstico”.2

  • Vínculos de confianza con NNyA. ¿y el mundo adulto?

En el 2022 se comienzan a generar pequeños acuerdos con lxs NNyA del grupo familiar, quienes se presentaban de manera espontánea en la sede del SL para jugar y conversar. A partir de allí, se logró alojar y relevar sus voces, sentimientos, incomodidades, miedos e intereses. El vínculo con el equipo se había establecido; sólo faltaba generar lo mismo con el mundo adulto que lxs rodeaba.

Para ello, se trabajó, desde la presencia y persistencia fuerte en el barrio, con el objetivo de co-construir un vínculo de confianza. M, poco a poco, empezó a relatar su historia y atravesamientos. 11 embarazos: 8 sobrevivieron, un aborto espontaneo, una perdida producto de violencia de genero y una beba de pocos meses, fallecida por presunta muerte subita. El Sr. J, padre de lxs niñxs, pasó la mayor parte de su vida privado de su libertad por robo, tenencia de armas de fuego y narcomenudeo. El vinculo amoroso de M y J estuvo atravesado por violencia y consumo, desencadenando en intentos de suicidio por parte de M.


Es importante mencionar que J y M decidieron hacer su propia “jugada”, quedandose con vueltos y mercadería ilegal del Clan, generando la expulsión de ellxs de la vivienda. Motivo por el cual J y M deciden sumarse a la toma de terrenos en el mismo barrio.

  • Muerte, violencias, desbordes. El asesinato de J

Meses después, J es asesinado a balazos por un “ajuste de cuentasen la calle más transitada del barrio, muriendo en los brazos de uno de sus hijos, de apenas 10 años de edad. Ironía de la vida: ese día se festejaba el día de las infancias. A partir del asesinato, la intervención fue mutando semana tras semana. El equipo se encontró a una madre emocionalmente frágil, totalmente desbordada, con un consumo de sustancias cada vez más insondable y dentro de un circuito de venta de estupefacientes, como si fuera una compra y venta de su propio infierno.

Distintas propuestas se intentaron con M, desde las prácticas más habituales hasta aquellas que requirieron inventar roles inexplorados en este tipo de intervenciones. Se incorporó una Terapista Ocupacional, en pos de intentar realizar un acompañamiento singular en su rol materno, en las tareas de cuidados, crianza y en la organización familiar. Dicha estrategia fue desestimada, luego de pasar por múltiples tensiones, cierta falta de interés por parte de M y una mezcla de emociones, registrando el trabajo que la T.O realizaba y la predisposición del equipo, pero sin poder hacer algo con ello.

  • Con los pies en el barr(i)o

En 2023, se pensaron, diseñaron y llevaron a cabo otras tantas intervenciones para fortalecer el vínculo con M y lograr revertir las multivulneraciones de derechos de lxs NNyA. El equipo debió ganarse un lugar en los pasillos del tranza, con quien M tenía acuerdos para subsistir. A partir de la referencia territorial, pudieron desarrollarse entrevistas domiciliarias. En una de ellas M refiere que estaba embarazada nuevamente, sin saber con certeza de quién. Todavía no se había logrado problematizar junto a M los registros de cuidados de sus hijxs y ya cursaba su 6° mes de embarazo. Los controles prenatales no estaban en sus planes.Los mismos se promovieron y gestionaron por parte del equipo. Su estado de ánimo era cada vez más inestable. Las mujeres aparecían en su relato como rivales, y no lograba adherir a ninguna propuesta de acompañamiento.

Después de un largo trabajo, habiendo intentado de todo y viendo la imposibilidad de que M hiciera un movimiento en relación a los cuidados de sus hijxs, continuaban los altos niveles de exposición en calle, las escenas de violencia extrema, la explotación laboral, delictiva y los abusos al interior el Clan. A su vez, M era intimada por fiscalía para que dejará el terreno que había tomado con J. El Clan le propuso regresar. Entendiendo que aquel, no era un ámbito cuidado para sus hijxs. M resistió en su terreno, hasta que llegó el momento de parir. La policía solo esperaba que ese día llegase para proceder al desalojo y demolición total de la vivienda; el cual se produjo estando lxs NNyA solxs en dicha casa. El Clan se hizo presente, juntando las pertenencias que pudieron y se llevaron a lxs chicxs con ellxs.

  • Fuera del repertorio

La disyuntiva de si iniciar medidas de abrigo con varixs de lxs niñxs o si continuar apostando a la ternura y los cuidados por parte de M fue dando lugar a una intervención fuera del repertorio. Si bien no existen convenios con instituciones con características convivenciales y para toda la familia, se empezaron a recorrer organizaciones sociales y confesionales en busca de una posibilidad. Entendiendo que con una red de apoyo, no solamente se podrían proteger los derechos de lxs niñxs, sino promover la posibilidad de que sea M quien pueda responsabilizarse de sus hijxs Para ello primero debía problematizar, y romper, con la lógica del Clan, con los secretos y las complicidades. Encubrir no es cuidar.

El equipo visitó a M en el hospital los 3 días que estuvo internada, y se asumió la difícil tarea de informar que: a) Se trabaría el alta médica de su bebé como Medida de Protección / b) Su casa había sido demolida / c) La única opción para continuar a cargo de los cuidados del recién nacido era egresar juntxs hacia un espacio cuidado.

El Clan, también la visitaba y llamaba por teléfono para convencerla de regresar a la casa con ellxs. M no quería volver, pero sentía cierta ambigüedad porque era su familia. Por lo tanto, el equipo habló a solas con ella, le pidió un voto de confianza para que accediera a ir al Hogar (ubicado muy lejos de su centro de vida). angustiada y llena de miedos M accede a ingresar, no solo con el recién nacido, sino con todxs sus hijxs. Pidiendo como condición que el equipo la visite regularmente.

–   El rompimiento

M rompe con el Clan, por teléfono avisa que preparen a sus hijxs porque iba a ir a buscarlxs. Así fue que se rebeló ante su propio destino.

Esta ruptura habilitó un giro radical y una gran oportunidad en su vida y en la de sus hijxs. Comenzó a poder posicionarse y asumirse como la madre que siempre quiso ser, desde el cuidado, el amor y la responsabilidad. El vínculo con el equipo se fortaleció y pudo continuar poniendo en palabras su historia. Comenzó un proceso terapéutico donde historizarse, dejar de repetir y poder reelaborar, desplegando un movimiento subjetivo, conectando con la ternura y el cuidado en su rol/función materna.

Fueron dos largos años que se recorrieron junto a M y sus hijxs, llenos de intentos, desafíos, tensiones, para llegar a este escenario. Hoy M y 7 de sus hijxs se encuentran desde hace un año viviendo en comunidad con otras mujeres, como red de cuidado, en un hogar convivencial para familias con niñxs. Allí sostienen la escuela, espacios recreativos, actividades deportivas, controles de salud periódicos. M se encuentra más conectada con su maternidad, jugando, alojando, escuchando y aprendiendo a poner límites desde el cuidado, sin violencias. Nada de todo esto habría podido darse y sostenerse, si no fuera por el vínculo sólido que se fue co-construyendo entre el equipo, M y sus hijxs; una co-construcción de una referencia, de una relación de confianza, que conocemos como “la pedagogía de la presencia”3 .

 

Conclusiones

Resulta claro que, en este tipo de abordajes y de intervenciones tan complejas con NNyA y familias no hay recetas mágicas, sino criterios que se construyen, que requieren de mucha cabeza, intentos y creatividad. Las variables: tiempo, presencia y persistencia, resultan fundamentales en estos procesos lentos y no lineales. Por lo tanto, es indispensable tensionar nuestros saberes disciplinares, valorando correctamente las características concretas que presenta cada NNyA y familia, ajustando nuestra intervención a una realidad determinada, sin considerar apreciaciones previas, evitando los facilismos de los modelos hegemónicos lineales, rígidos e inmutables. Para que todo esto sea posible, la construcción de vínculos cercanos y de confianza resulta de gran importancia4. La referencia singular y familiar se presenta como una herramienta técnica privilegiada que permite visibilizar y habilitar el despliegue de algo distinto, de una marca subjetiva, de una huella singular y amorosa en la vida de lxs NNyA y familias. Es imposible esperar que de intervenciones protocolares surjan experiencias superadoras.

Es fundamental pensar y planificar las líneas de acción en base a una escucha activa, una co-construcción vincular, referencia que responda, respete, aloje y entienda la voz de lxs NNyA5 siempre como sujetos de derechos y no como objetos de intervención.

Entendemos que la tarea es elaborar estrategias novedosas, para encontrar oportunidades donde otros ven sólo limitaciones, debemos ampliar, intentar y enriquecer la mirada con el fin de estar abiertos a lo inesperado.

Concluimos que, es necesario facilitar, promover, respetar y acompañar los procesos subjetivos de cada familia y de cada NNyA, buscando estrategias -flexibles- de acercamiento e interacción que nos permitan apostar y transformar de verdad la realidad de lxs mismxs. Ahora bien, ¿seremos capaces de atrevernos a ampliar la mirada y hacer algo distinto?

 

1 Barg, L (2003) “El papel socializador de la familia sigue siendo innegable, y puede ser refugio de paz y protección, aunque también de violencia, inequidad generacional y de género”.

2 Escalada, M (2001) como “Un instrumento fundamental para dar cuenta de los acontecimientos sociales y para orientar proyectos que culminarán en la ejecución de acciones, tendientes a cambiar inercias reproductoras de problemas”.

3 Gomes Da Costa (2005) Presencia, como una necesidad básica, que se hace evidente en cada intervención que persiste en el tiempo lógico de cada sujeto”.

4 ELP nombra a estas modalidades de abordaje como Paradigma de la Vinculación, priorizando la colaboración, los acuerdos y el trabajo de desarrollo de las potencialidades de cada familia y sujeto.

5 Ley 13298. Voz de lxs NNyA: tal como se conceptualiza en la ley 13298, todx niñx tiene el derecho a ser oído y respetado en sus decisiones acorde a los niveles de su autonomía progresiva.

 

AUTORAS/ES:

Natalia Preneste | Lic. en Psicología | Equipo Estación La Plaza – Subsec. de Política Integral de Niñez y Adolescencia de Quilmes.

Marcela Olmedo | Trabajadora Social | Equipo Estación La Plaza – Subsec. de Política Integral de Niñez y Adolescencia de Quilmes.

Alejandro Varela | Lic. en Psicología | Equipo Estación La Plaza – Subsec. de Política Integral de Niñez y Adolescencia de Quilmes.

Bibliografía:

. Barg, L. (2003)Los vínculos familiares: Reflexiones desde la práctica profesional. Editorial Espacio. CABA. Argentina..

. Clemente, Adrian. La pobreza persistente como un fenómeno situado. Notas para su abordaje.

. Escalada, M.; Fernandez Soto. (2001).Cap I“El Diagnóstico Social. Proceso de Conocimiento e Intervención Profesional” Editorial Espacio.CABA. Argentina.

. Gomes Da Costa, A. C, “La pedagogía de la presencia”, Editorial Losada, 2005.

. Ley Provincial 13298 / Ley Nacional 26061 de Promocion y Protección integral de Derechos de NNyA.

 

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