Palabras claves: intervención profesional, trabajo social, salud.
En la presente ponencia, en un primer momento contextualizare brevemente el territorio de intervención donde me desempeño, luego expondré algunas cuestiones relacionada a la intervención del Trabajo Social en el ámbito de la salud (precisamente en el primer nivel de atención) y las cuestiones que interpelan nuestras intervenciones hoy frente a las complejidades a las que nos enfrentamos. Entendiendo que la intervención se construye desde la producción y reproducción cotidiana de la vida social, que se pone de manifiesto a través de variadas expresiones de la cuestión social. Finalmente expresare algunas consideraciones a modo de reflexión en torno a la intervención profesional.
En principio quisiera expresar que considero el territorio, como un campo de disputa por la justicia, la igualdad y el bienestar social, con las implicancias que de ello deriva en la vida de los sujetos particulares y colectivos donde transitan. De esta forma, tal como lo plantea, el Dr. Carballeda (2015) el lugar de la intervención se transforma en territorio, es decir, un espacio jurídico, que habla de la legitimidad de la intervención y político que marca la agenda donde se construyen diferentes aspectos de la cuestión social. El territorio desde quienes lo habitan, o incluso a la imagen o representación que de él se hacen.
Realizare una breve caracterización del territorio donde me desempeño: Según los datos que comparte el Programa de Estudios del Conurbano el partido de Florencio Varela tiene una población de 496.433 habitantes de acuerdo a los resultados del Censo 2022, que indica que tuvo un aumento poblacional de 16,53% con relación al conteo censal anterior. Presenta un índice de masculinidad de 98,67%, superior al del cordón, al de la provincia de Buenos Aires y al del total de los 24 partidos del GBA y el más alto del Conurbano. Por la cantidad de habitantes se ubica en el lugar 7 (de mayor a menor) dentro de los 24 partidos del GBA. Su población representa el 4,58% del total del conglomerado de 24 partidos que conforman el GBA.
El 51,65% de los habitantes de Florencio Varela cuenta con algún tipo de cobertura de salud (prepaga, obra social, PAMI, programas estatales vinculados a políticas sociales) Florencio Varela cuenta con una población de 369.922 personas cuya edad es de 14 años o más en viviendas particulares, esta es la franja de población que considera el INDEC para medir la condición de actividad. De este universo, el 63,51% (235.313 personas) es Población Económicamente Activa (PEA), lo que significa que el 36,39% (134.609 personas) restante es No PEA, esto es lo que INDEC denomina PNEA (población no económicamente activa). Se observa que Varela presenta una PEA de un punto porcentual por debajo del total del segundo cordón del Conurbano bonaerense, del total del Conurbano y del total de la Provincia de Buenos Aires.
Partiendo desde estas breves consideraciones acerca del territorio de intervención, es que en principio como trabajadora social del primer nivel de atención considero necesario plantear el concepto de salud al cual suscribo, planteando que la misma, es una construcción histórica, social, cultural y subjetiva, de carácter multideterminado, que ha variado a lo largo del tiempo y que, a la vez, varía y adquiere diferentes connotaciones y significados según distintos contextos y grupos sociales. La salud como concepto, nunca pueda estar ajeno de la historicidad de los individuos y sus comunidades.
Teniendo en cuenta que las instituciones fueron creadas desde una perspectiva de sociedad integrada, donde la desintegración era una tensión posible, los dispositivos típicos de intervención (en este caso lo que se refiere a las instituciones de salud) entran en crisis dada la complejidad de las demandas y la compleja trama de los escenarios de intervención, los mismos que permanentemente nos indagan, nos interpelan en relación a nuestras intervenciones.
Desde una perspectiva institucional, un centro de salud, puede ser estudiado y analizado partiendo de diferentes aspectos y situaciones, en principio considerándolos como espacios microsociales, a partir de la reflexión acerca del tipo de relación social que construyen en estos espacios y las formas de relación predominantes entre los diferentes profesiones que conviven en ella y los dispositivos institucionales que se presentan, teniendo en cuenta además las intervenciones que los sujetos demandan al equipo de salud, en este caso.
Los conceptos tales como precariedad, inestabilidad, vulnerabilidad son las características con las que cotidianamente nos encontramos los Trabajadores Sociales en los ámbitos donde intervienen, me refiero aquí específicamente a las instituciones de salud, en este caso el primer nivel de atención.
El escenario de intervención complejo, el tipo de problemáticas que se presentan, la crisis de los espacios de socialización, como la familia, el barrio, la escuela, entre otras cuestiones, muestran el surgimiento de interpelaciones dirigidas especialmente a la posibilidad y necesidad de una reconfiguración en este sentido. Esta crisis también da cuenta de un conflicto en los distintos espacios de intervención, como lugares de construcción de subjetividad, de transmisión de pautas, códigos, identidades y pertenencia signada por la crisis social que en la actualidad estamos atravesando.
Estas cuestiones hacen repensar e interpelan la intervención de los profesionales de la salud, desde una perspectiva contemporánea, basada en la creatividad y en una comprensión de la trama social actual.´ Es posible pensar entonces que tanto la intervención del Trabajo Social y de las demás disciplinas del ámbito de la salud, hoy pueden acercarse más a trabajar las cuestiones de derechos sociales, alejándose de aquellas cuestiones que en la actualidad acentúa el neoliberalismo.
Así como podemos pensar en esta cuestión de trabajar acerca de los derechos, la inclusión, en tener en cuenta la generalidad de la problemática que se presenta, pero además abordarla desde la singularidad de cada relato. Es así que lo social, mirado desde lo singular, fue incorporando nuevas categorías de análisis orientadas a acrecentar la intervención. Esta puede ser entendida como un proceso el análisis del contexto y los diferentes escenarios donde transcurre la vida cotidiana, su devenir y el impacto en la esfera de lo subjetivo.
Los tipos de demandas que se presentan en el ámbito de salud, también son diferentes, ligar las prácticas de intervención a las demandas, en relación a los derechos, ubicara rápidamente a los sujetos de intervención profesional, en un lugar de otorgar, valorar la palabra y la escucha. Como plantea la autora Cazzaniga (2007) donde refiere que toda profesión surge de las demandas sociales, de una urgencia histórica que la hace posible y necesidades sociales que orientan su desarrollo. La demanda a la que hago alusión se redefine en cada momento histórico y de este modo las profesiones van resinificando su corpus teórico y metodológico para dar respuesta a las exigencias y desafíos del momento
Estos temas se presentan como desafíos que surgen desde la intervención social y que muestran la necesidad de repensar perfiles institucionales, políticas públicas y formaciones académicas, que nos permitan dar respuesta a estas problemáticas complejas que en la actualidad se nos presentan.
Partir de esta trama social, con tantas variables, atravesamientos, y características tan variadas, nos posibilita en principio, visualizar como esta cuestión del escenario actual muestra problemáticas complejas, sujetos de intervención profesional que esperan hoy una “respuesta” diferente, puede pensarse entonces, si como Trabajadores Sociales estamos preparados, en primer lugar para recibir a este sujeto que se nos presenta hoy, y segundo me preguntaría ¿si nuestras intervenciones son las que hoy necesitan estos sujetos de intervención? Entonces ¿desde qué marco conceptual o marco explicativo, estamos precisamente otorgándole sentido a nuestras intervenciones?
A partir de estos interrogantes, quisiera dejar planteadas algunas precisiones de cuales a mi entender, es a partir de la complejidad de las problemáticas sociales, de cómo tratamos de interpretar y comprender al sujeto de intervención que se nos presenta, que sentido y como explicamos a ese sujeto desde una perspectiva integral. Pensaría desde aquí en el paradigma interpretativo, y que es a mi entender el que nos posibilita entender el sentido de la acción, pensándolo en términos weberianos.
Estas cuestiones hasta aquí expresadas nos permiten de cierta manera poder repensar dispositivos clásicos de intervención, discutir la lógica focalización – universalización, la noción de inclusión social, analizar y reflexionar acerca de las posibilidades que genera la relación Política Social y Sujeto de Intervención en la actual coyuntura, orientar la Intervención como estrategia de recuperación de capacidades y habilidades, como formas constitutivas de la identidad.
Considero pertinente poder reflexionar a partir de estas cuestiones expuestas la necesariedad de analizar las diferentes instancias de relación entre los distintos campos de saber, la implicancia de los mismos y la necesidad de repensar los modelos de asistencia desde una perspectiva integral y de derechos que abarque a todo el sistema de salud y que nos posibiliten una respuesta hacia los sujetos de nuestra intervención profesional, en el escenario de tanta complejidad.
Entiendo que la intervención se construye desde la producción y reproducción cotidiana de la vida social, que se pone de manifiesto a través de variadas expresiones de la cuestión social. Para una intervención que se orienta a una visión de lo social desde la perspectiva comunitaria e institucional, el acceso a la singularidad va a implicar poner la mirada en los lazos sociales como elementos fundantes de esta, cuestión que me parece sumamente relevante para nuestra intervención, y es donde la mayoría de las veces justamente aquí, en donde se interviene, en esta fragmentación, en esta precariedad, en esta ruptura de este actual contexto.
En la complejidad de la cuestión social creo muy importante explicitar además, el concepto de intervención situada que la autora Adriana Clemente (2016) hace referencia que la intervención deberá atender esas particularidades, que se conocen a través del diagnóstico, y así relativizar el impacto de las intervenciones que pretenden tener resultados totalizadores, como si la situación de las familias que habitan territorios pobres fuera un todo homogéneo. Es justamente en la heterogeneidad que se sustenta la necesidad de enfoques que actúen en las desigualdades y brechas que también se reproducen muy fuertemente a nivel microsocial. A partir de ello sostengo la idea entonces que los territorios donde intervenimos transitan constantes transformaciones a la par de acontecimientos políticos, económicos y sociales, proponemos pensar y construir la intervención profesional situada, lo cual requiere el conocimiento y análisis de la complejidad del contexto en sus expresiones particulares, las lógicas y los procesos en los que se (re)producen y la diversidad de actores que forman parte de esa dinámica social.
Estas cuestiones nos posibilitan ubicar hoy a la Intervención como lugar para la palabra, para la mirada, habilitando saberes de los sujetos que actualmente este clima de época es imprescindible poder recuperarlos, reconstruirlos, entendiendo al sujeto desde esta perspectiva histórico – social. Como plantea, Carballeda Alfredo Juan Manuel (2012) El Trabajo Social está allí donde el padecimiento se expresa en esos encuentros singulares que van más allá del dato estadístico o la descripción de problemas vinculados con poblaciones determinadas o clasificadas. El Trabajo Social desde una perspectiva histórico social, se construye a fines del siglo XIX como campo de conocimiento e intervención, en un contexto de fragmentación de la sociedad, malestar y desigualdad.
A partir de estas consideraciones realizadas considero en la medida que hagamos frente y reconozcamos los derechos de las personas en nuestros espacios cotidianos, ampliemos la posibilidad de inclusión en los servicios de salud, en distintos programas o proyectos que se implementen, reconocemos a los sujetos con derechos, valores, necesidades, padecimientos… Desde nuestra formación académica y en base a nuestro ejercicio profesional, los trabajadores sociales abrazamos la concepción de lo “colectivo” como única forma de construcción e intervención en las problemáticas de salud, entendemos el trabajo en equipo interdisciplinario como la herramienta más eficaz así como lo es además el trabajo comunitario, eje central en el primer nivel de atención teniendo en cuenta además los preceptos que contiene la Atención Primaria de la Salud en donde además en la Conferencia de Alma Ata de 1978 expresa: que es la asistencia Sanitaria basada en métodos y tecnologías sencillas, científicamente fundamentadas y socialmente aceptables, que estén al alcance de los individuos, familias y comunidad; a un costo aceptable por la comunidad y el país para que pueda cubrir cada una de las etapas del desarrollo.
En la actualidad el Trabajo Social comunitario, a la luz de los procesos históricos en los que se inscribe, constituye una estrategia de intervención fundamental para aportar en la reconstrucción de acciones colectivas y en la constitución de la agenda pública del estado, en un proceso en el que la sociedad civil es protagonista en la construcción del bien común como efectivo cumplimiento y respeto de los derechos sociales. Esta cuestión me parece central ya que las políticas selectivas y focalizadas características de este modelo neoliberal que parten de supuestos y concepciones de la pobreza vinculadas a las consecuencias de un desencaje transitorio individual o grupal, frente a la diversificación de los problemas sociales, la existencia de núcleos de pobreza persistente que impactan directamente en el modo particular, y, los crecientes procesos de la desigualdad que se expresan en los espacios de intervención profesional. Esta es nuestra preocupación central desde el Trabajo Social y debemos pensar firmemente en distintas estrategias de inclusión social, como punto de partida del paradigma de la integralidad.
A modo de cierre:
A partir de estas cuestiones planteadas, puedo permitirme esta reflexión, aun en este contexto actual, en donde aún, las prácticas y discursos continúan siendo contradictorios, fortalecen la incertidumbre en muchos casos, esto nos exige como profesionales, tener posicionamientos claros para reconocer las posibilidades y limitaciones de la intervención como sujetos de la acción profesional. Ampliar los horizontes y construir juntos con otras áreas, los accesos que van a hacer que nuestra sociedad más justa y equitativa. Además no puedo dejar de mencionar otro eje importante de nuestra intervención que tiene que ver con la perspectiva de género ya que es imposible no ver las desigualdades históricas que ello produce precisamente cuando queremos construir desde la equidad.
Un profesional crítico tenderá a desnaturalizar la realidad, a interpelarla y a generar propuestas superadoras tendientes al resguardo y a la ampliación de los derechos, la igualdad y la inclusión.
Considero como una premisa sumamente importante, la tratar de comprender las nuevas configuraciones que adquiere la dinámica de la social y las instituciones hoy, y de las posibilidades de construir nuevos consensos donde tengo la certeza que desde nuestra profesión debe aportar en este sentido.
La mirada frente a la exclusión se retraduce en derechos a la inclusión, en derecho a la igualdad. Situación que sin duda, nos ubica definitivamente en acompañar este proceso. No dudo que la disciplina del Trabajo Social se encuentre comprometida en este sentido.
Me pareció importante para ir finalizando compartir esta frase de Lewkowicz (2004) que justamente habla de la práctica y creo que además es una buena síntesis de todas las cuestiones que se pude reflexionar en esta humilde ponencia:
…Hay que sostener el problema. Sostener el espacio donde aun no se ha producido, sostener el espacio de problematización. El problema es inédito, es singular. El no saber genuino es una vía de subjetivación, es un dato de la situación no un defecto del personal. Para eso, la metodología consistiría en transformar las determinaciones en condiciones; interrumpir el sistema de representaciones héroes / víctimas; salir de la serie, del encanto de la representación, del saber. Se trata de armar dispositivos es armar las condiciones prácticas que impidan que opere el obstáculo sobre el pensamiento. El problema no es conocer más técnicas y teorías para intervenir, sino nombrar, mirar de qué se ocupan, cómo se posicionan, desde dónde trabajan y para qué, qué es esa subjetividad pertinente que tienen que ayudar a construir, cómo construirla, o leerla, o facilitarla, o descubrirla, o nombrarla, o reconocerla… Pensar con otros tanto ese problema en esa comunidad en ese momento como pensar con los otros profesionales los implícitos de sus prácticas teóricas. Pensar con otros es hacer una “subjetividad en común” ponerse en común con otro, compartir un problema. No consiste en identificarse con el otro. La subjetividad sin supuestos es posible si se abandonan dos posiciones dominantes: la resignación frente a lo instituido y la idealización de lo que debería ser.
Autora: Gabriela Viviana Atencio
BIBLIOGRAFIA:
- Arias Ana: Lo territorial en el territorio de la Argentina. Connotaciones históricas, políticas y culturales de lo social de los territorios. Portal de la Revista Margen N° 71. Disponible en: https://www.margen.org/suscri/margen71/arias71.pdf
- Atlas de Conurbano de la Provincia de Buenos Aires en https://www.atlasconurbano.info/pagina.php?id=193#:~:text=El%20partido%20de%20Florencio%20Varela,relaci%C3%B3n%20al%20conteo%20censal%20anterior.
- Carballeda, Alfredo (2015). El territorio como relato. Una aproximación conceptual. Revista Margen N° 76. Disponible en: https://www.margen.org/suscri/margen76/carballeda76.pdf
- Carballeda Juan Manuel “la intervención en lo social” Exclusión e integración en los nuevos escenarios sociales. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2007.
- Cazzaniga Susana “Hilos y Nudos” La formación, la intervención y lo político en el Trabajo Social. Espacio Editorial, Buenos Aires, 2007
- Cuadernillo Posgrado en Salud Social y Comunitaria. Módulo 1, Salud y Sociedad. Programa Médicos Comunitarios. Ministerio de Salud, Presidencia de la Nación, 2010.
- Lewkowicz Ignacio “Pensar sin Estado, La subjetividad en la era de la fluidez”, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2004.
- Rofman Adriana (compiladora): Participación, políticas públicas y territorio Aportes para la construcción de una perspectiva integral. Ediciones UNGS