“Así como ningún pibe nace chorro, ningún pibe nace macho. Eso se aprende y, si se aprende, se puede desaprender” argumenta Tajer (2019) resaltando el valor de la masculinidad como una construcción social y no como algo dado naturalmente. Utilizo esta afirmación como punta del ovillo para reflexionar sobre qué está ocurriendo con las masculinidades en la era de la hiperconectividad.
Para esto, trataré de exponer algunos interrogantes respecto de esta temática que nos ayuden a re-pensar cómo continuar trabajando, desde una posición con perspectiva de género, en la inclusión de los varones en la construcción de una sociedad más equitativa. En palabras de Tajer (2025) “el desafío de encontrar lo común, lo que nos une, las luchas que nos unen más allá del género”.
Serán desarrollados algunos conceptos exclusivos de esta nueva era digital, en la cual la hiperconectividad borra los límites entre realidad y virtualidad. Sumado a esto, utilizaré el trabajo propio como profesional de la psicología como ejemplo de la continua reproducción de las masculinidades hegemónicas, para luego finalizar con un posible análisis de la situación sociopolítica en relación a esta temática.
Debido a mi trabajo como psicóloga en diferentes ámbitos, me ha tocado hablar y trabajar con muchos varones desde distintas perspectivas. Varones en situación de calle y con consumo problemático de sustancias, varones que atraviesan causas penales en libertad, varones que asisten a un espacio psicoterapéutico individual. En estos grupos, con sus claras diferencias, se encuentran algunas conexiones. Son espacios que atraviesan en mayor medida por necesidad u obligación, ya sea por imposición judicial en el caso de aquellos con causas penales, o por un otro que les exige, en general familiares que intervienen en este sentido. En el menor de los casos y en última instancia es por la voluntad propia de generar algún cambio subjetivo. Cabe destacar que el trabajo en el espacio privado es donde se observa la menor cantidad de consultas masculinas, siendo muchas veces las parejas quienes realizan el primer contacto para la coordinación del turno.
Esto me ha llevado a pensar ¿Qué pasa, en la actualidad, con estos varones, de distintas clases sociales, rangos etarios y con diferentes realidades, y el común denominador que existe entre ellos: la masculinidad?
Ante este interrogante, he podido registrar las siguientes respuestas sobre qué es ser hombre para ellos: “tener pene”, “sostén de familia”, “tener una familia (pareja e hijos)”, “tener aguante/ser fuerte” “trabajar mucho” entre otros. Sin dudas, son respuestas teñidas de los mandatos de la masculinidad hegemónica, de los más tradicionales y que aún hoy siguen tan vigentes como antes, aun sin ellos dar cuenta de esto.
En la misma línea que la pregunta anterior, ¿Cómo podemos pensar el desarrollo de las nuevas masculinidades en la era digital, hiperconectada en la que vivimos? Algunos de los siguientes conceptos son claves para entender cuál es el camino que la masculinidad recorre hoy en día, a nivel mundial y tomando como punto de quiebre los movimientos sociales generados a partir de la lucha de los feminismos.
De acuerdo al artículo de Mazzini Puga (2025) “El movimiento digital reivindica la masculinidad tradicional y apunta al feminismo como su enemigo”. El concepto de manosfera (man -hombre y sphere -esfera) es un movimiento que plantea que el mundo es ginocentrista, es decir que privilegia a las mujeres, y los hombres se vuelven víctimas del sistema. Los sitios webs, foros o redes sociales son los espacios para dialogar y reafirmar la masculinidad tradicional. “No es un grupo, sino un ambiente en internet que tiene que ver con cómo hoy se construyen las masculinidades de una manera sexista” (Chaher, 2025; como se citó en Mazzini Puga, 2025 ).
Del mismo modo, encontramos el concepto de tradwife sumamente viralizado en las redes sociales más conocidas como Tik Tok, Instagram, Youtube, X, solo por nombrar algunas. Este concepto utiliza los términos en inglés de trad– por tradicional y wife– por esposa, resaltando los valores de la familia tradicional con los roles de género heteronormados bien definidos.
Estos conceptos, especialmente la manosfera, tienen su pico más alto de exposición y viralización en las redes sociales ya nombradas desde hace algunos años, logrando una llegada masiva particularmente a los más jóvenes. Por lo tanto, teniendo en cuenta el cambio social generado a partir de la necesidad de visibilizar la desigualdad entre los géneros ¿Qué pasó con los logros adquiridos a partir del movimiento feminista, que nos encontramos con un sector masculino de las sociedad con ideologías conservadoras tan arraigadas? Una de las respuestas posibles es que los varones quedaron por fuera de la lógica del movimiento. “Frente a los avances feministas, la autonomía de las mujeres y el cuestionamiento de la masculinidad tradicional, los varones empezaron a sentirse afuera, están inestables o confusos. Entonces, en los últimos años, comenzaron a construir distintas tribus por oposición o por alteridad. Hay un rescate de lo viril en términos tradicionales, es decir, de una masculinidad fuerte”(Mazzini Puga, 2025). Esta idiosincrasia patriarcal, que para muchos de nosotros puede ser un retorno a algo ya conocido, son modelos que para estas nuevas generaciones de la hiperconectividad son nuevas, las conocen pero no las han vivenciado (Tajer, 2025) y quizás, esa es la razón por la cual no han podido proponer algo diferente al movimiento conservador, algo que se observa no solo en los más jóvenes sino en la población en general. Tal como refiere Tajer (2025), “el movimiento de masas de mujeres encontró y construyó un lugar de pertenencia para ellas, pero al mismo tiempo los varones fueron interpelados a deconstruir su masculinidad sin un relato que los agrupe, sin la posibilidad de poder armar lazos”.
Otro concepto interesante a abordar es el neosexismo, también conocido como sexismo moderno y que se refiere a creencias sexistas sutiles, encubiertas o que justifican la discriminación hacia las mujeres, manifiestandose como una forma que no es abiertamente hostil, sino que se basa en creencias o actitudes que niegan la necesidad de igualdad para las mujeres: “Esto ya no pasa”, “así era antes, ahora las mujeres tienen más derechos”, “mejor que con la mamá no van a estar” (hablando de sus propios hijos), “los piropos ya no se dicen”, “la casa era un desastre, no cumplía con el rol de madre”, “ahora -los hombres- no podemos decir nada” estos son solo algunos dichos de varones con los que he trabajado en relación a este asunto. Es interesante como este tipo de afirmaciones aparecen frecuentemente, siendo necesario realizar algún tipo de intervención al respecto a fin de poder desarmarlas y generar, en el mejor de los casos, la posibilidad de algún cambio a nivel subjetivo.
Llegado este punto ¿Podemos pensar a estas masculinidades como nuevas masculinidades? ¿O es solo un retorno de algo que creímos casi extinto?
Teniendo en cuenta la coyuntura sociopolítica actual, con una marcada posición de ideologías de ultraderecha, la restauración patriarcal es notoria y esperable. Nos encontramos en un mundo manejado casi en su totalidad desde lo virtual, donde los discursos son abiertamente odiantes de las minorías (comunidad LGBT+, inmigrantes, pobres, y demás). Discursos que se habilitan desde el pico más alto de poder y que de esta manera normativiza y festeja modos crueles, individualistas y patriarcales de interacción, donde las barreras morales y sociales quedan levantadas, habilitando así el paso a cualquier discurso, inclusive el machista. Son políticas neoliberales ya vistas anteriormente, pero renovadas por esta nueva variable: la virtualidad, con los efectos de época que esto trae aparejado.
Es interesante pensar cómo el universo simbólico utilizado en estos espacios, se equiparan a estos submundos virtuales que los varones han comenzado a transitar, que los agrupa, que los invita a pensarse como hombres dentro de esta sociedad capitalista reforzando los estereotipos de género. “Los políticos de estos sectores le hablan directamente a los adolescentes y jóvenes. Les muestran una narrativa de fortaleza, virilidad y coraje que, en los momentos en que están formando su masculinidad, les resulta atractiva” (Chaher, 2025; como se citó en Mazzini Puga, 2025 ).
Por lo tanto, “proponer modelos de masculinidad valiosos que no sean patriarcales” (Tajer, 2025) es el desafío. Para esto es necesario revisar la forma en como los varones pueden encontrar un espacio propio dentro de esta discusión, que en “esta interpelación de las masculinidades que hace el movimiento feminista, se puedan democratizar las incomodidades” (Tajer, 2025) para de alguna manera generar un movimiento propio. “Así como la derecha es transversal, los feminismos también lo tienen que ser. Los hombres deben ser incluidos en el diálogo, pero también tienen que ser ellos quienes pongan este tema sobre la mesa y discutan sus lugares.” (Mazzini Puga, 2025).
Ante los retrocesos notorios en cuestiones de género, para quienes trabajamos esta problemática, el tema de la(s) masculinidad(es) es de primordial atención. Algo quedó desanudado. En términos generales, los varones no han podido encontrar su lugar por fuera de lo conservador y tradicional, permitiendo que el sistema patriarcal, nuevamente, de forma sutil (o no tanto) con sus ayornadas formas de reproducción logre instalarse en primera plana nuevamente. Esta vez revalorizando los principios más tradicionales, sosteniendo así la perpetuación de las desigualdades de género.
A modo de conclusión, sostengo que hablamos de nuevas masculinidades, ya que hubo una transformación luego de los cambios sociales en relación a las cuestiones de género (incluyendo las políticas de Estado implementadas en nuestro país en su momento) gestándose de este modo esta nueva manera de ser hombre en esta sociedad. No obstante, los componentes digitales como principal protagonista recuperaron, dándole una lavada de cara, lo que el patriarcado tiene para ofrecer y pretende continuar reproduciendo: la desigualdad. De todos modos, y en este sentido, estoy de acuerdo con la afirmación de Mazzini Puga (2025) de que “esta reacción ultraconservadora no es definitiva, sino que es un intento por frenar algo irrefrenable que es el camino hacia la igualdad de género”.
AUTORA:
Denise Estefanía Rolón, Licenciada en Psicología.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Mazzini Puga, L. (27 de marzo, 2025) “Manosfera”: el fenómeno virtual machista que se denuncia en la serie Adolescencia. https://agencia.unq.edu.ar/?p=27060
Tajer, Debora. [Asociación Libre] (2025). Dra. Débora Tajer “MASCULINIDADES” | Experiencia Tavil Ep. 17 [Archivo de Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=RGqPTOG_mfI&t=3846s
Tajer, Debora. [Tedx Talks] (2019). El consentimiento y las nuevas formas del amor | Debora Tajer | TEDxRiodelaPlata [Archivo de Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=bLk4NwOdeeQ&t=322s