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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

Por Alejandra Ruíz, Gisela Candia, Inés González, Melina Fernández y Verónica Giménez, estudiantes de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Nacional Arturo Jauretche.

 

Las prácticas pre-profesionales constituyen un puente esencial entre la formación teórica y la intervención socio-institucional. Este artículo reflexiona sobre la importancia de realizarlas en el Espacio de Género y Diversidad “Mónica Garnica Luján” de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (EMG-UNAJ), en el marco de la conmemoración del #25N (Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer). Se analizan aportes formativos —epistémicos, éticos y metodológicos— que el Espacio promueve en estudiantes de la carrera de Trabajo Social; destacando su papel en la prevención, detección y abordaje de violencias por motivos de género (VMG). 

Desde la experiencia directa, se subraya cómo estas prácticas transformaron la concepción profesional, evidenciando que el aprendizaje reside en el encuentro con las personas y la capacidad de escucha situada. La vivencia permitió identificar fortalezas y límites, fortalecer el compromiso con una intervención con perspectiva de género y comprender que la lucha contra las desigualdades comienza en la acción cotidiana, la empatía y el trabajo colectivo.

El artículo íntegra marco normativo argentino, referencias feministas y experiencias institucionales para sostener que las prácticas en el EMG-UNAJ constituyen una experiencia pedagógica, política y de cuidado imprescindible para la formación profesional comprometida con la igualdad y la no-violencia.

Palabras clave: prácticas pre-profesionales; género; violencias por motivos de género; educación social; UNAJ; Espacio Mónica Garnica Luján.

 

  1. Introducción

La conmemoración del 25 de noviembre (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer) se ha consolidado como un potente faro de visibilidad y acción colectiva.

El lema “Ahora que estamos juntes, ahora que sí nos ven” funciona como marco interpretativo y mandato político, visibilizando la emergencia social y política de un campo de lucha que interpela directamente a las instituciones de educación superior. En este contexto, las universidades públicas, como la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), tienen la responsabilidad de articular la formación académica con la actuación social, posicionándose como espacios de producción de conocimiento crítico y de intervención concreta frente a las Violencias por Motivos de Género (VMG).

El rol de la carrera de Trabajo Social dentro de la UNAJ es ineludiblemente político y ético. Como disciplina que interviene en las manifestaciones más cruentas de la cuestión social, se ve exigida a incorporar la perspectiva de género y diversidad como matriz transversal. Las prácticas pre-profesionales son el momento cúlmine de articulación entre la teoría y la acción, un “espacio de mediación” (Guber, 2001) donde la reflexión crítica debe volverse performativa. Sin embargo, la persistencia de las VMG exige que estas prácticas se desarrollen en dispositivos especializados que garanticen una formación situada.

El presente artículo propone una reflexión sobre las VMG y la relevancia de las prácticas pre-profesionales desarrolladas en el EMG-UNAJ. Desde una perspectiva feminista y de Derechos Humanos, se analizan los aportes sustantivos de este espacio a la formación profesional en Trabajo Social y a la construcción de una universidad más inclusiva y comprometida socialmente.

Este trabajo busca fundamentar, a partir de marcos normativos y pedagógicos, por qué son fundamentales las prácticas realizadas en el EMG-UNAJ, qué aprendizajes estratégicos aportan a la formación de futuros/as profesionales y cómo su potencial puede maximizarse para incidir en las políticas territoriales de prevención y atención de violencias.

 

  1. Marco normativo y simbólico: por qué el 25 de noviembre importa

El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas como recordatorio y convocatoria a la acción (United Nations, s.f.). En Argentina, la Ley 26.485 (2009) de Protección Integral a las Mujeres establece marcos jurídicos y pautas de intervención para prevenir, sancionar y erradicar la violencia por motivos de género (Ley 26.485, 2009). Asimismo, normativas como la Ley Micaela (Ley 27.499) introducen la capacitación obligatoria en temas de género para el personal que integra los poderes del Estado, enfatizando la necesidad de formación continua y especializada (Ley 27.499, 2018).

Estas normas y fechas simbólicas no son meros marcos abstractos, sino que delimitan obligaciones, orientan la intervención estatal y legitiman espacios universitarios como nodos formativos y de acción comunitaria. En ese sentido, la existencia del EMG-UNAJ responde tanto a una demanda social como a una necesidad institucional de formación y acompañamiento territorial (Universidad Nacional Arturo Jauretche, 2021).

Violencias por motivos de género: una problemática estructural

Las VMG son un fenómeno complejo y estructural que expresa la persistencia del sistema patriarcal. Según Lagarde (2006), la violencia de género es una manifestación del poder que oprime a las mujeres y diversidades, sosteniendo jerarquías sociales y desigualdades históricas. Estas violencias se manifiestan en múltiples dimensiones —física, psicológica, sexual, económica, simbólica e institucional— afectando trayectorias educativas, laborales y afectivas.

Rita Segato (2016) profundiza al sostener que la violencia patriarcal busca disciplinar los cuerpos y reafirmar la dominación masculina, operando como un mandato de control social. Desde esta perspectiva, comprender las violencias implica analizar los entramados culturales, económicos y políticos que las reproducen. Por lo tanto, la intervención profesional no se limita a asistir, sino a desmontar las estructuras sociales que producen y sostienen las VMG.

 

  1. El Espacio Mónica Garnica Luján: funciones y potencial formativo

El EMG-UNAJ se concibe como un espacio de atención, formación, investigación y difusión sobre género y diversidades. Tiene como objetivos principales el acompañamiento,  la orientación, la escucha, la contención, la prevención y la sensibilización ciudadana, la recepción y acompañamiento de situaciones vinculadas a violencias por motivo de género, la promoción de campañas de prevención, el diseño de talleres y la articulación con organismos públicos y organizaciones sociales (UNAJ, 2021). 

Para las/los estudiantes en prácticas pre-profesionales, este entorno ofrece:

  • Aprendizaje interdisciplinar y aplicado: intervención articulada con marco jurídico (Ley 26.485), herramientas psicosociales y protocolos institucionales de la UNAJ.
  • Contacto directo con demandas reales y diversas: Implica la primera escucha, consultas sobre discriminación, asesoramiento y derivaciones a redes de contención.
  • Desarrollo de competencias éticas y de cuidado: trabajo con confidencialidad, escucha activa, enfoque de derechos y decisiones acompañadas por supervisión profesional.
  • Producción de conocimiento situacional: incluye el registro de casos, la realización de entrevistas, la elaboración de informes y la participación activa en proyectos de investigación aplicada sobre violencias por motivos de género.

Estas experiencias ubican al/la estudiante en un espacio donde teoría y praxis se tensionan productivamente, promoviendo capacidades técnicas y sensibilidad política imprescindibles para el Trabajo Social contemporáneo.

 

  1. Aportes formativos específicos de las prácticas en EMG

Las prácticas en el EMG-UNAJ son fundamentales para el Trabajo Social porque ofrecen aprendizajes que son estratégicos para el abordaje de la cuestión social:

4.1. Competencias técnicas y procedimentales

Las prácticas posibilitan el aprendizaje de protocolos de detección, registro y derivación —alineados a la Ley 26.485— y el uso de herramientas institucionales para garantizar la protección y atención inmediata (Ley 26.485, 2009). Además, la articulación con políticas públicas (capacitación Ley Micaela) favorece la comprensión del entramado institucional y la gestión intersectorial (Ley 27.499, 2018).

4.2. Sensibilización y desnaturalización de violencias

La exposición y la reflexión guiada en el EMG confrontan mitos y naturalizaciones. La supervisión sistemática contribuye a identificar violencias simbólicas, microviolencias y estructuras de poder que suelen ser invisibilizadas en la vida cotidiana. Este proceso de desnaturalización es la base para una intervención profesional que no reproduce lógicas patriarcales.

4.3. Trabajo en red y articulación interinstitucional

Las prácticas enseñan a construir redes de cuidado (servicios de salud, justicia, refugios, organizaciones sociales) y a coordinar respuestas integrales. Esta competencia intersectorial es central en el abordaje de las VMG, ya que muchas veces, exigen respuestas que trascienden el ámbito universitario.

 

  1. El rol de la Universidad y del Trabajo Social

Las universidades públicas tienen la responsabilidad de formar profesionales con una mirada crítica, comprometida y sensible frente a las desigualdades de género. Tal como plantea Barrancos (2018), la universidad es un espacio privilegiado para disputar sentidos y producir conocimientos con perspectiva de género, capaces de transformar las instituciones y la sociedad.

En este sentido, las prácticas pre-profesionales en el EMG-UNAJ permiten articular la formación teórica con la experiencia concreta de acompañamiento, escucha y promoción de derechos. Allí, las y los estudiantes aprenden a intervenir desde la empatía, el respeto por la autonomía y el reconocimiento de las diversidades, comprendiendo que cada situación de violencia exige un abordaje integral e interdisciplinario.

 

  1. ¿Por qué las prácticas en este espacio fortalecen el Trabajo Social?

El Trabajo Social, en tanto profesión comprometida con la justicia social, requiere profesionales que combinen saber técnico con sensibilidad ética y político-cultural. Las prácticas en el EMG-UNAJ cumplen con esa exigencia, dotan de herramientas para la intervención crítica, fomentan el trabajo colectivo y la interpelación de marcos legales e institucionales, y promueven la capacidad de incidencia en políticas públicas y en la transformación de prácticas culturales que sostienen la violencia.

Además, estas prácticas fortalecen la vinculación universidad-comunidad, un principio central del trabajo social universitario: la formación no solo se orienta a la inserción laboral, sino a la construcción de capacidades colectivas para la prevención y atención de violencias.

 

  1. Nuestra experiencia

En la conmemoración del #25N, la Universidad reafirma su responsabilidad: formar y acompañar para transformar. Las violencias por motivos de género persisten como una deuda social y política que interpela tanto al Estado como a las instituciones educativas. En este escenario, las prácticas pre-profesionales en el Espacio de Género y Diversidad Mónica Garnica Luján (EMG-UNAJ) no solo aportan a la formación académica, sino también a la construcción de una Universidad comprometida con la igualdad, la justicia social y los Derechos Humanos.

Realizar nuestras prácticas en el EMG-UNAJ fue una experiencia profundamente significativa. Comprendimos que el aprendizaje profesional no reside únicamente en los textos, sino en el encuentro con las personas, en la capacidad de escuchar, valorar sus experiencias y construir un mundo más equitativo y libre de violencias a través del trabajo colectivo, la empatía y la sensibilidad.

La experiencia en nuestro Centro de Prácticas fue crucial para el desarrollo de nuestra formación profesional. Cada encuentro, a través de la escucha, el acompañamiento y el compartir de vivencias, nos dejó herramientas, saberes y miradas que nos han transformado, no solo como futuras trabajadoras sociales, sino también como sujetas comprometidas con una forma de intervención más humana, sensible, equitativa y colectiva.

– Identificamos fortalezas y límites, y comprendimos la importancia del acompañamiento respetuoso y situado.

– Comprendimos que acompañar situaciones de violencia implica enfrentarse a realidades conmovedoras, pero también ser testigo de procesos de enorme valentía y transformación personal. 

– Entendimos que la temática de género no es un área aislada, sino que atraviesa todos los aspectos de nuestra vida (familia, trabajo, educación).

Poder reflexionar sobre estas cuestiones desde la práctica nos permitió mirar con otros ojos las desigualdades naturalizadas y fortalecer nuestro compromiso con una intervención social con perspectiva de género, que promueva la igualdad real.

Cada actividad, conversación y encuentro fue una oportunidad para crecer, no solo como futuras profesionales, sino también como personas. La experiencia nos dejó una huella profunda: nos enseñó que la transformación de las realidades desiguales empieza por lo cotidiano, por atreverse a mirar, nombrar y actuar frente a las injusticias. Y sobre todo, nos  recordó que el trabajo colectivo, la empatía y la sensibilidad son herramientas poderosas para construir un mundo más equitativo y libre de violencias.

 

Referencias Bibliográficas: 

Barrancos, D. (2018). Mujeres, entre la ciudadanía y los derechos. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

Guber, R. (2001). La etnografía. Método, campo y reflexividad. Grupo Editorial Norma.

Lagarde, M. (2006). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. México: UNAM.

Ley 26.485. (2009). Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. Argentina. Recuperado de https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-26485-152155/actualizacion

Ley 27.499. (2018). Ley Micaela: capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres. Argentina. Recuperado de https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-27499-318666/texto

Segato, R. (2016). La guerra contra las mujeres. Madrid: Traficantes de Sueños.

United Nations. (s.f.). Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Recuperado de https://www.un.org/es/observances/ending-violence-against-women-day

Universidad Nacional Arturo Jauretche. (2021). Recursero — Espacio de Géneros y Diversidad “Mónica Garnica Luján” [PDF]. UNAJ. Recuperado de https://www.unaj.edu.ar/wp-content/uploads/2021/03/Recursero-Espacio-MG.pdf

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