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Universidad Nacional Arturo Jauretche | Instituto de Ciencias Sociales y Administración | Licenciatura en Trabajo Social

Si sufrís violencia de género llamá al 144.

La crisis hiperinflacionaria de finales de los 80, particularmente económica, la cual se profundizó aún más a mediados de los 90 fue poniendo en escena la paupérrima o como mínimo incorrecta forma de intervención del Estado. Esto generó prácticas sociales que contribuyeron a la construcción de una nueva/diferente manera de pensar la economía, basada en la relación entre lo social y lo económico en pos de la reactivación del mercado interno. En este contexto es que en 1997 aún sin abandonar la lógica de la economía del capital y con la presión de la incipiente presencia en las calles de algunas organizaciones sociales, se pone en marcha el programa denominado Plan Trabajar, con la finalidad de asistir a la problemática ocasionada por la ya mencionada crisis. Luego se arma lo que se llamó Programa de Empleo Comunitario que junto con el Plan Trabajar fueron administrados por el Ministerio de Trabajo, esto a nivel nacional, por otro lado la provincia de Buenos Aires mediante desarrollo social contaba con el programa de asistencia llamado Barrios Bonaerenses.

Dentro del panorama sintetizado en el párrafo anterior, las tensiones socio económicas continuaron incrementándose lo cual visibilizó la responsabilidad política del Estado y en consecuencia de los distintos gobiernos ante los resultados de las políticas públicas aplicadas que fueron cuestionados fuertemente por las distintas organizaciones sociales las cuales comenzaban a poner en discusión el que los planes/programas sean percibidos y/o recibidos como ayuda asistencial destinada al sector de la población con alto nivel de vulnerabilidad en vez de un derecho adquirido.

A mediados de 2009 durante el gobierno de Néstor Kirchner se toma la decisión de unificar estos programas a través del plan Argentina Trabaja contemplando la formación de cooperativas incluyendo el plan para mujeres denominado Ellas Hacen, estas cooperativas tuvieron como contraprestación la formación y el trabajo territorial. Todas estas políticas eran pensadas para el sector de trabajadores desocupados, pero recién en el 2016 se genera la Ley de Emergencia Social que reconoce al trabajador de la economía popular no como un desocupado sino como un trabajador informal, sin las debidas condiciones laborales, estableciendo así al mismo tiempo el Salario Social Complementario fue denominado como Hacemos Futuro durante el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, cambio que no solo afectó el nombre del programa, también se introdujeron modificaciones, en particular en las contraprestaciones, que apuntaban a desmovilizar, segmentar y desvalorizar el trabajo de a las organizaciones sociales, lo que sí se mantuvo es la finalidad de que sea complemento de lo que el trabajo informal proporcionaba, para lograr equiparar el ingreso de ese sector con el salario mínimo vital y móvil, relación que se mantiene aún hoy.

En la actualidad, con el cambio de gobierno en 2019, el programa se convierte en el programa que conocemos como Potenciar Trabajo ligado al Salario Social Complementario en el que se plantea promover la inclusión socio productiva y de desarrollo local, continuar con la unificación de todos los programas antes mencionados y no abandonar el objetivo de contribuir a mejorar el empleo y fomentar la terminalidad educativa como así también poder atender a las necesidades de todas las personas con vulnerabilidad social y económica. Los y las titulares de este programa pueden optar por cumplir su contraprestación en proyectos socio productivos, sociocomunitarios o a través de la terminalidad educativa. Cabe mencionar que este plan busca fortalecer el ingreso de todos los trabajadores de las organizaciones de la economía popular, es decir trabajadores informales. Dentro del marco de la Ley de Emergencia Social también se incluye un plus para herramientas, maquinarias y mejoramiento de las condiciones laborales para así poder llevar adelante los proyectos que las organizaciones se planteen a nivel territorial.

Autores: Yésica Bergadillo, Gloria Riffo y Hugo Luna (Estudiantes de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Nacional Arturo Jauretche)

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